Si estamos con nuestra pareja en cuarentena​, lo primero que debemos hacer es saber diferenciar los distintos espacios necesarios para seguir manteniendo el bienestar de la relación.

Tenemos que quedarnos en casa, quizás en un lugar reducido que implica una disminución del espacio personal de cada uno y un aumento de las interacciones con el otro. Si estamos en un momento bueno de la relación, este menor espacio puede ayudar a conoceros más. Pero quizás estemos en un momento en que la relación está débil, con muchos conflictos que nos generan malestar. Por eso, el primer paso es definir las distintas opciones de convivencia en la que nos encontramos.

Identificar en qué punto está nuestra relación

1. La pareja que hace muy poco que se conoce y decidió juntarse para pasar la cuarentena. Este espacio le aporta un extra de tiempo para dedicarse al otro y descubrirlo.
2. ​La pareja que convive hace poco, que lleva un poco más de tiempo, y este aislamiento les puede ayudar a adaptarse en las rutinas y acoplarse uno a otro.
3. ​La relación que está asentada pero que, por rutinas y hábitos, tiende a pasar poco tiempo juntos, y este período les va a permitir estar más unidos.
4. ​La pareja que ya lleva años juntos y están estables, y este espacio quizás puede afectar a cierta saturación de la relación.
5. ​La relación que tiende a tener conflictos continuos y este confinamiento puede provocar un malestar permanente.
6. ​La pareja distanciada, que evita hacer frente a aquellos aspectos de la relación que hace tiempo que no funcionan, y ahora tiene que enfrentar.
7. La pareja que tiene dudas de la relación y verá si esta convivencia puede mejorar el vínculo o hacerles ver que lo mejor es separarse.

No es lo mismo la pareja que se conoce poco que la que ya tenía conflictos, o la que duda de la relación. Estos son los casos más comunes y seguro podemos identificarnos con alguno de ellos. Aún así, pueden haber otras situaciones posibles.

Estemos en una u otra, lo primero que debemos hacer es identificar en el punto de la relación en el que nos encontramos para ser conscientes de lo que eso conlleva. También debemos plantearnos en qué punto se encuentra nuestra pareja, ya que las sensaciones de cada uno pueden ser distintas.

Crear nuevas dinámicas

Una vez situados tenemos que plantearnos si estamos manejando bien la relación. Tenemos que generar nuevas dinámicas, que son necesarias al estar juntos las 24 horas del día. Hay que tener en claro que la pareja tiene distintos vínculos. Por lo tanto, lo más importante es conocerlos y después ver cómo los podemos aplicar en nuestro día a día.

Rutinas

La pareja debe compartir las tareas de las casa. Es importante encontrar un equilibrio con todo lo que debemos hacer, desde la limpieza hasta la dedicación a los niños (si los hay). Así como es básico tener hábitos diarios personales como ducharse, arreglarse, trabajar, etc. debemos conseguir unos buenos hábitos conjuntos en los que coordinemos y nos sintamos cómodos con el otro.

Espacio personal

Para que una relación funcione es básico tener tiempo para nosotros mismos, sea para hacer deporte, desconectar, ver una serie, hablar con algún amigo, etc. Eso permite poder “extrañar” al otro y oxigenarse. Aunque no haya demasiado espacio en casa tenemos que conseguir cierta distancia e intimidad.

Ocio

No sólo es importante estar juntos, sino poder valorar la calidad de ese tiempo. Por eso podemos buscar actividades para compartir en casa que nos hagan reír, desconectar de todo lo que estamos viviendo, y nos unan como pareja. Es básico intentar buscarle el punto “cómico” y sacarle el máximo partido posible a la situación.

Comunicación

Tampoco debemos olvidarnos de empatizar con nuestra pareja y conocer su estado emocional para poder afrontar el posible malestar. Este aislamiento está despertando muchas emociones difíciles de manejar. Por lo tanto, los espacios de comunicación emocional son básicos para entendernos, apoyarnos y conseguir mantener una intimidad básica para que la relación funcione.

Sexualidad

El sexo es un aspecto básico para generar complicidad y conexión con la pareja. El exceso de tiempo en casa puede favorecer este punto, siempre y cuando se gestione bien. Quizás podamos profundizar en el vínculo de la relación, pero debemos vigilar que esta oportunidad de tiempo con el otro no se vuelva un enemigo provocando tensión y malestar, alejándonos mutuamente.