"Late, late, late. Se repetía como un mantra, como una letanía", comienza su relato Matías Bauso. "Hasta que aparecía la que buscábamos ('¡Nola! Esa no la tengo'), la figurita que completaba el álbum. Algunos se convirtieron en maestros del trueque -y de la extorsión- aprovechándose de la ansiedad y la necesidad ajenas: 'Te cambio ésta por treinta de las tuyas'". La frase se completa con el retazo de un hábito con ascendencia en la sociedad argentina, con penetración, con rasgos de entrañable.

"Las figuritas no se coleccionan, se juntan", es la primera oración de Marcelo Panozzo. "Es una diferencia que tiene su importancia y define el carácter comunitario del viejo y hermoso deporte de llenar el álbum. Se juntan las figuritas, se juntan sus tenedores en jornadas épicas de intercambio". La construcción verbal describe un escenario común, trasgeneracional y actualizado.

Messi y Maradona, niños y grandes, las figuritas también relatan la historia de la Selección Argentina

Matías Bauso es el curador y Marcelo Panozzo es el Secretario de Patrimonio Cultural, presentadores literarios de una muestra que se llama "Late" y que habla de la historia de la Selección Argentina en figuritas. Es una exposición que no pretende convertir a las figuritas en piezas de museo, sino convocar a una "juntada" que simule la filosofía de un hábito. Panozzo define que juntar figuritas es parte de "una identidad no heredada sino elegida".

Los sobres y los paquetes de los álbumes de todos los Mundiales desde 1962

La nostalgia se equilibra con la historia. En un edificio histórico sometido a un arduo trabajo de restauración y de recuperación patrimonial, entre piezas que atraviesan la cronología desde el período hispánico hasta los ciclos presidenciales, entre granaderos, por delante del Cadillac de Perón, entre tinteros, manuscritos, cuadros, monedas, urnas y otros objetos que pertenecen al patrimonio nacional, un espacio designado para la niñez. Cubierto de figuritas, álbumes, páginas de estampas, sobres de cromos, pliegos originales, publicidades, planchas, muñecos en miniaturas, bocetos genuinos y camisetas.

600 figuritas y 30 álbumes se distribuyen en una muestra con la curaduría de Matías Bauso y el aporte de coleccionistas como Jorge de los Ríos, Rafael Bitran, Hernan Giralt, Juan Pablo Marrón y Guillermo Andino

Hay cuatro camisetas finalistas que interrumpen el camino de la exposición. Está la 16 de Oscar Ortiz del Mundial '78, la 12 de Héctor Enrique del '86, la 4 de José Basualdo del '90 y la 18 de Rodrigo Palacios de 2014. Al costado, una obra maestra del mosaico de Lionel Messi. Max Rompo, su autor, informó que está compuesto por dos mil figuritas que se despliegan en la muestra. "Queríamos hacer un mosaico de los goles de Kempes y Jorge Burruchaga en las finales de 1978 y 1986, pero finalmente elegimos a Messi, por todo lo que representa, pero además como motivo de esperanza para el Mundial 2018", explicó.

“Late: la historia de la selección argentina en figuritas” estará abierta hasta el 29 de julio inclusive, de 10 a 18, en el Museo de Casa Rosada. La entrada es libre y gratuita

Los murales se distribuyen en círculos. Allí se exponen las 600 figuritas repartidas en treinta álbumes. Hay originales, la mayoría, réplicas y casos extraordinarios. Una línea cronológica recuerda el nacimiento del primer álbum con plantel mundialista argentino en 1962, firmado por los la compañía "Ídolos del Deporte" y distribuidas por la empresa "Crack", propiedad del ex futbolista de la Selección, el lateral izquierdo Ernesto Gutiérrez. Las primeras figuritas eran de cartón y circulares, se pegaban con plasticola.

Los dos álbumes en los años en que Argentina fue campeón del mundo: la edición italiana de Panini en 1986 y el álbum Crack de 1978

Para el Mundial siguiente, el álbum "Campeón" presentaba el busto de los jugadores y ya no solo el rostro: su fondo dejó de ser celeste y blanco. En 1968 no hubo Mundial pero Sport distribuyó su álbum con jugadores de la selección y de los clubes argentinos. El álbum "Munich 74" de la Copa del Mundo de Alemania agregó una pieza de yapa además de los 22 futbolistas: apareció Vladislao Cap, el primer técnico en convertirse en figurita. Para el primer álbum exclusivo de un Mundial cambió la estética de las planchas: adoptaron una fisonomía rectangular confeccionada en cartulina reforzada e incorporaron una breve síntesis de cada jugador.

“Una exposición sobre la historia de nuestra selección contada a través de esas imágenes pequeñas y entrañables. Más que una muestra sobre figuritas es un recorrido por nuestras historias de infancia, por esos recuerdos a los que cada cuatro años tenemos derecho a volver”, dijo el Ministro de Cultura Pablo Avelluto

En 1976, se lanzó el álbum "Campeones" y la declarada política de distribución desleal de figuritas. Jorge Carrascosa pasó a la posteridad como una mítica figurita difícil, una auténtica pieza de coleccionista. Jorge de los Ríos es el creador de esta obra y una voz autorizada en la historia de las figuritas en el país. Junto a Rafael Bitrán, Guillermo Andino y Juan Pablo Marrón suministraron sus joyas más preciadas para darle contenido a la exposición

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La figura de Mario Alberto Kempes era la única representativa de Argentina en el álbum oficial de España ’82

Para el primer campeonato del mundo celebrado por y en Argentina en 1978, hubo dos empresas que presentaron sus álbumes. "Campeones del Mundo" y "Crack", que creó 76 figuritas rectangulares y de papel de jugadores de la Selección, entre los que incluyó a Diego Maradona como convocado a un Mundial que no jugó. Matías Bauso, curador de la muestra, dijo que "los errores son parte de la gracia del álbum". Para España '82, Mario Kempes fue el único representante argentino en el álbum homónimo de esa Copa del Mundo.

Álbumes y figuritas de jugadores argentinos en los Mundiales de Argentina ’78, de Italia ’90 y de Inglaterra ’66

En México '86, Panini no lanzó su edición en Argentina y Súper Raspagol, una empresa que no tenía los derechos ni la licencia oficial, fue el álbum que más se popularizó. Recuperó los cromos circulares, de cartón, sin jugadores, con banderas, sin caras, con siluetas dibujadas y con el espacio asignada para nombrar a los futbolistas. Clausen era una caricatura con el número 8 en el pantalón, Pumpido tenía el número 18 en su buzo verde y Bilardo era solo un saco azul con la inscripción DT en su bolsillo.

Además de figuritas y álbumes, hay muñecos en miniatura, camisetas, páginas de estampas, planchas, pliegos originales, publicidades, todos elementos relativos a los Mundiales de fútbol (Fotos gentileza Ministerio de Cultura)

Italia '90 fue el álbum universal de Panini y "Upper deck" cometió el pecado de excluir la figurita de Maradona en su álbum de Estados Unidos '94. Ya para el Mundial siguiente, comenzó la hegemonía de Panini. Las figuritas, para esta época, ya eran stickers autoadhesivos. Para esta última Copa del Mundo, la edición número 21, el álbum ya incluye veinte figuristas por país: 18 por cada futbolista, el escudo de la federación y la formación de cada selección.

La costumbre, arraigada a la idiosincrasia argentina, ya no discrimina edades. Los adultos se acusan en el encargo de sus hijos para revivir momentos de su infancia. Y los más pequeños experimentan las primeras veces del sentimiento de ansiedad. "Las sensaciones se mantienen incólumes. La ilusión, el nerviosismo, la emoción, la alegría", recuerda Matías Bauso. La muestra ofrece reminiscencias de la historia contada por las figuritas: las que son caricaturas, las oficiales, las difíciles, las réplicas, las redondas, las rectangulares, las autoadhesivas, las de cartón, las chapitas, los sobres, las cajas. Las "late" y las "nota".