Una gran tormenta, que incluyó granizo y fuertes vientos, generó caos en la capital italiana este domingo por la tarde y quedó paralizada. Decenas de conductores se vieron atrapados por la tormenta en calles que se convirtieron en repentinos ríos, cercados por placas de hielo. Los videos que circulan en las redes sociales muestran que era imposible caminar por la calle.

Además, debieron cerrar el aeropuerto de Fiumicino y varios vuelos fueron desviados a Nápoles. También varias estaciones del subte romano fueron clausuradas por los daños. Se registraron problemas en algunos edificios, como la Basílica de San Sebastiano sull'Appia, inundada por medio metro de agua. Ésta fue construida en honor a San Pedro y San Pablo por orden del emperador Constantino en el Siglo IV.

El temporal dejó hasta treinta centímetros de agua en algunos barrios, pero no hubo ningún herido. La tormenta también afectó al sistema de recolección de residuos, al transporte público y generó rotura de calles.

Roma no fue la única ciudad afectada por el temporal. Italia vive una ola de mal tiempo y en Nápoles y otros municipios de la región de Campania se cerraron escuelas por la alerta naranja de Protección Civil, mientras que en Milán un tornado golpeó el sur de la ciudad.