Dos buzos encontraron el "unicornio" de las criaturas marinas durante un paseo en las aguas de una isla volcánica de Nueva Zelanda: un gusano de unos 8 metros de largo que se contoneaba entre ellos con la corriente.

Steve Hathaway, de 56 años, y su amigo Andrew Buttle, de 48, se sumergieron en las aguas cerca de la isla Whakaari, al norte de Nueva Zelanda, sólo para encontrarse con una de las rarezas más espeluznantes del mar: un pirosoma.

Los pirosomas son tunicados coloniales de flotación libre, en otras palabras, estructuras formadas por miles de millones de zooides, microorganismos individuales que sobreviven al estar conectados entre sí.

Los animales que viven en este tipo de colonias "estilo gusano" suelen flotar cerca de la superficie, donde el agua es más cálida. Hathaway y Buttle encontraron este ejemplar a unos 10 metros de la superficie.

"Hacía años que quería ver uno", aseguró Hathaway al sitio New Zealand Herald. "A veces se encuentran retoños de de miles de versiones más pequeñas de estas criaturas en muchas partes del mundo, pero no es algo que yo haya visto antes", aseguró Hathaway.

"Fue muy confuso pero también fantástico tener la posibilidad de verlo bien de cerca y de pasar tanto tiempo con él", festejó el buzo.