Un total de 375 trabajadores fallecieron en el país como consecuencia de accidentes en sus puestos laborales durante el último año. Se trata de una muerte cada 20 horas. El 30% de los casos se dio en la provincia de Buenos Aires.

Los datos se desprenden de un trabajo realizado por la agrupación Basta de Asesinatos Laborales (BAL), en base a información oficial suministrada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo referente a los doce meses transcurridos entre octubre de 2017 y septiembre de este año.

“El promedio de muertes es de una cada 20 horas si tomamos como referencia sólo los días hábiles. Muere mucha más gente en accidentes laborales que en asaltos o robos. Este problema se está llevando una vida por día”, le explicó a DIB Oscar Martínez, abogado de BAL.

Según el informe de la organización, el área productiva más golpeada es el “transporte” que, con 75 muertes, alcanza el 20% del total de los casos. Aduce estos fallecimientos a “las extensas jornadas laborales, la falta de descanso y la falta de mantenimiento de los vehículos”.

En tanto, en la “construcción” se registraron 67 casos (18% del total). “En general este era el sector en donde más se daban muertes. Este año no fue así. Pero no porque hayan mejorado las condiciones, sino porque bajó el empleo allí”, aclaró Martínez.

Según detalla el documento, las principales causas de muerte en obras “suelen ser el derrumbe o desplome de edificios y las caídas de altura”, formas que develan el “trabajo en condiciones precarias, sin equipamiento ni instalaciones seguras”.

Otras áreas en las que se produjeron varias muertes son: “industria”, con 45 (12%); “agropecuaria” y “comercio”, ambas con 41 (11%), “administración pública” con 37 (10%) y “servicios financieros” con 18 (5%).

El documento, que la agrupación BAL presentó públicamente el viernes pasado, confirma que “la amplia mayoría” de los trabajadores muertos durante el último año “eran personas jóvenes (entre 30 y 40 años)”.

El informe contiene datos sólo sobre las muertes de trabajadores registrados en blanco. “En el sector agropecuario las condiciones de seguridad son pésimas y hay una alta tasa de accidentes. Allí, la mitad de los trabajadores trabajan en negro, con lo cual es difícil saber de esos casos y solo conocemos la punta del iceberg”, ejemplificó Martínez sobre los inconvenientes para recabar algunos datos.

Por otro lado, desde BAL ven como “llamativo” que “no exista prácticamente registro de muertes por enfermedades profesionales”. Teniendo en cuenta estas salvedades, aseguran que “la cantidad de trabajadores muertos por causas laborales es mucho mayor a las cifras oficiales”.

En provincia de Buenos Aires las muertes por accidentes laborales fueron 110, cerca del 30% del total país. Con cifras bastante inferiores, le siguen Santa Fe, Córdoba y CABA.

El informe da detalles sobre varios casos bonaerenses resonantes, como el hundimiento del barco pesquero marplatense Rigel que dejó un saldo de nueve víctimas; y la explosión de gas en la Escuela N 49 de Moreno por la que murieron la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez.

También contabiliza el fallecimiento de un empleado tercerizado en una planta papelera de Florencio Varela que quedó atrapado en una máquina, y otra muerte similar en una papelera de Ramallo. Asimismo, la de un empleado textil en Don Torcuato (Tigre), como consecuencia de la explosión de una caldera, y la de un electricista en el distrito de Ituzaingó.

“Muchas veces se sabe dónde va a haber un accidente porque no hay inversiones en condiciones de salud y seguridad, y eso es denunciado antes de que sucedan. Por eso, decimos que son asesinatos”, agregó Martínez.