Una mujer del condado de Hertford, en el Reino Unido, publicó esta semana una serie de fotos estremecedoras de cómo llegó a estar su hija Emily, de dos años, por culpa de la fiebre aftosa humana.

Emma Reavley, de 41 años, contó que llevó a Emily a una guardia el 25 de abril pasado pero los médicos la despacharon con el diagnóstico de una varicela, un antibiótico y una crema para la picazón que la pequeña sentía por las pústulas que cubrían su cuerpo.

Reavley, que es madre de ocho hijos, se dio cuenta en cuestión de horas de que Emily padecía un mal peor porque la fiebre no paraba de subir.

La mujer y su marido, Shaun Reavley, llevaron a la pequeña a otro centro médico donde les informaron que padecía el peor caso de fiebre aftosa humana "que hayan visto".

Emily pasó 14 días en cuarentena adentro de su propia casa, algo difícil de lograr cuando se tienen siete menores de edad, porque la enfermedad viral es altamente contagiosa.

Además, la pequeña tuvo que soportar cinco días de dolor extremo por las lastimaduras en su piel. "Nunca supe que la fiebre aftosa humana podía ser tan extrema", expresó Reavley al sitio Mirror.

"La gente tiene que darse cuenta de que no es sólo cuestión de algunas manchas en las manos, los pies y la boca. Emily fue particularmente desafortunada pero (es una enfermedad que) se puede expandir y ser muy seria", agregó la mujer.

Los síntomas de la fiebre aftosa humana incluyen fiebre, dolor de garganta al tragar, sensación de malestar, irritabilidad y pérdida del apetito además de lesiones en la boca y ampollas en la piel, o descamación, erupciones o manchas rojas en todo el cuerpo, como en este caso.