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Bomberos lograron rescatar a un hombre que cayó a aguas de la laguna de Gómez
Es oriundo de Llavallol, partido de Lomas de Zamora, y se encontraba navegando la Laguna de Gómez en una cruzada solidaria para llevar alegría a los niños. El personaje es conocido como “El Payaso Solidario”.
Viernes, 17 de Septiembre del 2021 - 09:29 hs.
Bomberos lograron rescatar a un hombre que cayó a aguas de la laguna de Gómez

Pasado el mediodía de hoy emergencias policiales fue alertado por navegantes de la Laguna de Gómez que daban cuenta de haber visto un hombre en el agua, el que no podía volver a subir a la canoa en la cual transitaba las aguas juninenses. 

Atento a ello rápidamente se hizo presente personal policial e instantes después, alertados por estos, dos dotaciones del Cuartel de Bomberos Junín y una ambulancia de Intermed.

En el lugar lograron rescatar al hombre que estaba en el agua, quien ya presentaba hipotermia e hipertensión debido al tiempo que había permanecido en el agua. Una vez rescatado, fue trasladado por bomberos hasta la vera de la ruta, distante a unos 1000 metros, lugar donde se encontraba personal medico, que rápidamente lo atendió brindándole las primeras curaciones en el lugar y posteriormente trasladándolo hasta el Hospital local.

Luego de esto el personal de Bomberos se aboco a tratar de recuperar las pertenencias de la víctima, logrando dar con una conservadora y una mochila con documentación, pero no así con la canoa, la que seguramente permanece hundida en la laguna. 

Según se pudo saber mas tarde la persona rescatada, que ya estaría en buen estado de salud, es oriundo de la ciudad de Llavallol, partido de Lomas de Zamora, tiene 42 años y se encontraba navegando la Laguna de Gómez en una cruzada solidaria para llevar alegría a los niños siendo conocido como “El Payaso Solidario”.

QUIEN ES "EL PAYASO SOLIDARIO"

«Soy Leo Morillo. El Patón del pueblo. Un soñador. Un bohemio. El amigo de todos. Un dador de alegría. Un guerrero de la vida. Me considero un luchador porque pasé un montón de cosas malas y acá estamos, día a día, peleándola para ser mejor persona».

Así se describe este personaje cuya vida estuvo en riesgo en la tarde de este jueves en aguas de la laguna de Gómez, en un reportaje publicado en el portal digital Zonales

"El arranque de la charla con Zonales es a corazón abierto, como todo lo que suele hacer este vecino de 42 años de Llavallol, partido de Lomas de Zamora, que no sólo se destaca visualmente por su altura y el tamaño de sus pies, sino también por la nariz de payaso o los disfraces con los que intenta alegrar a los chicos. Conoce de malas por un pasado que no oculta y al que no quiere volver. Pero también sabe que, teniendo mucho o poco, ser solidario es parte de su vida", destaca la entrevista.

«Es algo que tengo desde cuando era pibe. El primer recuerdo es de un festival en el Hospital Español en el que me puse un traje, no me acuerdo si era del Señor Televisor o de otro personaje. Ese día noté por primera vez la ilusión que uno le crea a los nenes», contó Morillo.

 

El payaso solidario de Llavallol, rodeado del afecto de los chicos.

Luego el viaje llega a su adolescencia, tiempo en el que andaba todo el día en la calle: «Vi que había llegado un circo, el circo Olímpico y en la estación de Burzaco pusieron un cartel que necesitaban a un repartidor de volantes. Me compré la nariz de payaso, me puse una camisa de colores y le dije al dueño que era el indicado».

De los volantes a contactar a los payasos del lugar hubo un sólo paso y así fue como, después de varias horas de entrenamiento, debutaba en Guernica el Payaso Patón, que el realidad cumplía la función del Tony, que en la jerga del circo es el acompañante.

«De payaso duré cinco o seis funciones. Empecé a trabajar de seguridad y lo dejé de lado, hasta que volví en 2007. Cuando salió Shrek 3, me compré la máscara y me puse a limpiar vidrios en un semáforo disfrazado. La gente venía y me daba cosas. Al principio no sabía qué hacer hasta que empecé a visitar hospitales para repartir esas cosas que me daban. Iba al Gandulfo, al Meléndez o andaba con mi bicicleta y donde veía un nene le daba un autito o lo que tuviera», contó el vecino de Llavallol a Zonales.

Lo de Pata Noel, el personaje con el que recorre cada Navidad el Hospital Gandulfo, comenzó antes del año 2000: «Por una pelea callejera estuve internado como 70 días. A los médicos les pedí que me atiendan bien y les prometí que, una vez que saliera, iba a empezar a hacer las cosas de otra manera. Ni bien me dieron el alta me compré un traje y fui a repartir juguetes. Y salvo el tiempo en que estuve detenido y no lo pude hacer, lo sigo llevando adelante hasta ahora».

Leo Morillo, en una de sus visitas para repartir juguetes en el Hospital Gandulfo.

Los viajes en bicicleta del payaso de Llavallol

Otra de las cuestiones que caracteriza al payaso de Llavallol son sus viajes en bicicleta con fines solidarios a distintos rincones del país: «En 2011 o 2012 hice un viaje hasta Lobos y noté que algo bueno pasaba con la gente y conmigo mismo si uno buscaba sacarle una sonrisa a los chicos. Pero intenté hacer uno a Chile y me salió mal y otro al Sur y me pasó lo mismo. Hasta que en 2017 apunté a hacerlo por última vez y fue mágico. Me fui para Jujuy con la idea de visitar hospitales y comedores y cuando llegué fue una locura».

La referencia de Leo tiene que ver con que en distintos lugares había todo un pueblo esperándolo. «Resultó increíble. Había 300 nenes al costado de la ruta. Llegaba y los vecinos del lugar me pedían que me quedara más días», explicó Morillo, cuyo mecanismo solidario consiste en publicar previamente en las redes sociales del lugar sobre su visita y, una vez en la zona, armar shows a cambio de comida, ropa o calzado que luego lleva a comedores o otros sitios que lo necesitan.

Los últimos meses no fueron fáciles para el vecino de Llavallol. Como a muchos argentinos, la crisis relacionada con la pandemia del Covid primero lo dejó sin trabajo y luego le generó que tuviera que cerrar momentáneamente el vivero que había abierto, por lo que empezó a rebuscársela lavando autos.

Además de la situación económica, también se vio afectado por la muerte de su madre, quien falleció a causa de un cáncer. «Me dije a mi mismo: o me levanto o me muero de tristeza, algo voy a inventar y salió lo del lavadero. Y seguiré también, como se pueda, con las movidas solidarias. No tengo nada y he hecho miles de movidas. Si me dedico solo a mi mismo, siento que soy egoísta», cerró.



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