Golpe a la Ilusión
El costo de la derrota se mide en goles, en puntos perdidos, pero a veces la factura es más dura, más profunda. En el Vélez que sucumbió 1-0 ante Talleres, el resultado final quedó rápidamente en un segundo plano. La imagen que perdura, y que preocupa, es la de Lisandro Magallán desplomado en el césped de José Amalfitani, víctima de un golpe fortuito pero de consecuencias graves. El diagnóstico no se hizo esperar: fractura del arco cigomático. Un nombre técnico para una lesión dolorosa que deja al defensor fuera de la cancha y bajo observación en el hospital, poniendo en jaque su participación en lo más crucial de la temporada.
El episodio fue un fogonazo de crudeza en un partido ya de por sí intenso. A los cinco minutos del complemento, la duela en mitad de la cancha se convirtió en un escenario de impacto. Magallán y Rick saltaron con todo por un balón aéreo. La nuca del jugador de Talleres se estrelló con fuerza contra el rostro del zaguero de Vélez. El crujido, mudo para los espectadores, se sintió en la cancha. Magallán cayó como un peso muerto, aturdido, con ese marcador instantáneo y violáceo bajo el ojo izquierdo que delataba la severidad del impacto. No hubo margen para la duda: su partido había terminado. Thiago Silvero, un juvenil, tomó su lugar mientras la inquietud se adueñaba del banco y de las tribunas.
Horas más tarde, el parte médico oficial confirmó los peores presagios. Los estudios de tomografía computada no dejaron lugar a ambigüedades: fractura del arco cigomático. El comunicado del club fue frío y preciso: internación, observación por 24 horas y un futuro inmediato plagado de incógnitas. La semana dirá, a través de interconsultas médicas, cuál es el camino a seguir para su recuperación. El silencio sobre los plazos es elocuente y genera un eco de alarma. En los pasillos del club ya se susurra, aunque no oficialmente, que el 2025 podría haber terminado para el experimentado defensor.
La baja de Magallán no es un dato menor; es un golpe estratégico. Vélez, con su pase a playoffs ya asegurado, pierde a una de sus piezas defensivas clave en la recta final. El equipo de Guillermo Barros Schelotto ve cómo se resquebraja su línea de fondo en el peor momento. Aaron Quirós y un Emanuel Mammana que aún arrastra lesiones son las alternativas, pero la solidez que representaba el ex Boca Juniors es, por ahora, insustituible. La aparición de Silvero como recambio forzoso plantea un desafío mayúsculo de cara al duelo con Gimnasia y al cierre del torneo ante River.
Mientras el equipo digesta la derrota y analiza las grietas futbolísticas, la prioridad absoluta es una sola: la salud de Lisandro Magallán. El parte médico cierra con una frase que lo resume todo: "Quedará bajo cuidado y en observación por protocolo". En Vélez, más que el protocolo, es la esperanza de recuperar a su guerrero lo que los mantendrá en vilo. La lucha por el campeonato acaba de volverse un camino mucho más escarpado