Golpes, patadas y cadenazos.

Tres palabras que sintetizan un acto en extremo violento e inexplicable  en el interior de un establecimiento educativo.

Más aún, dentro de un aula.

No fue una reyerta entre adolescentes sino el ataque de una mujer adulta, contra una alumna de 14 años.

La situación se produjo la semana pasada y fue tomando estado público a partir de los comentarios entre alumnos de la Escuela Secundaria 16 e imágenes captadas por teléfonos celulares en el momento en que se producía  la  agresión salvaje.

Y como siempre sucede, las imágenes hablan más que mil palabras.

Una nena de 14 años tratando de defenderse de los golpes que le iba asestando la madre de otra estudiante del mismo establecimiento educativo.

Todo confusión, caos. Chicos que intentaban separar, gritos, insultos, la imagen de una cadena golpeando contra la cabeza de la menor. Hasta la llegada de una docente.

A ello se sumaba el pedido desesperado, a través de whatsapp, de una de las amigas de la estudiante agredida, pidiéndole a la madre que vaya al colegio, que llame una ambulancia, que llame a la policía.

De allí al Hospital Piñeyro donde iban a asistir a la víctima que llegaba con la cabeza lastimada más allá de la conmoción por lo que le había tocado vivir.

Luego la denuncia en sede policial, la causa iniciada pasando a manos de la fiscalía.

Sobre las medidas adoptadas en la escuela, nada se sabe. Y no es extraño, porque tal como sostienen con frecuencia, los hechos que se producen en el interior de los establecimientos educativos se tratan y ¿resuelven?, a puertas cerradas.

Por otro lado, sí hay una causa judicial que lleva adelante la fiscal, Dra. Fernanda Sánchez, de turno en el Departamento Judicial Junín.

Según trascendió, por estas horas deberá presentarse  en el edificio San José, la madre de la víctima a prestar declaración testimonial, mientras se instruye una causa que hasta el momento fue calificada como lesiones leves.