La habitación de prensa del Gigante de Arroyito fue testigo de algo más que una conferencia previa al partido. Fue el escenario donde Ariel Holan, con la contundencia de un estadista y la pasión de un hincha, delineó la frontera entre el ruido y la realidad. Con dos fechas por jugar en el Torneo Clausura, con el primer puesto de la Tabla Anual ya asegurado y con el boleto a la Copa Libertadores en el bolsillo, el entrenador decidió que era momento de poner los puntos sobre las íes.

Con la serenidad de quien sabe que la gestión se defiende con hechos, Holan inició su alegato. “Los futbolistas han hecho un torneo increíble, tanto es así que tres fechas antes tenemos asegurado el boleto a la Libertadores y jugar la final de una Supercopa”, expuso, marcando a fuego lo que él define como una “campaña irrefutable”. Los números le dan la razón: 30 puntos y liderazgo en la Zona B, 65 puntos y soledad en la cima de la Tabla Anual, nueve unidades por encima de Boca Juniros. Un presente de lujo que, sin embargo, parece irritar a algunos.

El tema no podía esquivarse. El fantasma de Neymar, una entelequia nacida en las redes y amplificada hasta el sinsentido, flotaba en el ambiente. Holan no eludió la pregunta, sino que la usó como trampolín para una descarga de sentido común. “Por un lado me río por lo de Neymar y por otro me molesta. Ha sido una constante tratar de bajarle el precio a la campaña de Central, no sé por qué”, declaró, con un dejo de incredulidad. Su molestia no era por el rumor en sí, sino por lo que representa: “Diciendo en algunos casos barbaridades que se instalan, hacen creer a la gente cosas que no son reales”.

Fue allí donde, con la precisión de un cirujano, desarmó no solo el rumor, sino toda una lógica mediática. Frente a la fantasía del brasileño, opuso la realidad concreta de dos llegadas históricas: Ángel Di María y Alejo Véliz. “Tuvimos la enorme alegría de poder tener a Fide y Alejo. Por supuesto que el club hizo gestiones… pero la verdad que sin la decisión, el compromiso y amor de ellos por Central, tener futbolistas de este calibre es muy difícil”, subrayó. Y remató con ironía letal: “Molesta que se instale que un futbolista está fuera de la órbita presupuestaria del club… Cuando uno tiene jugadores de la jerarquía de Fide, el futbolista más importante de todos los tiempos en momentos determinantes de la selección argentina…”.

El mensaje fue cristalino: en Arroyito se construye con seriedad, no con espejitos de colores. El proyecto se basa en gestiones responsables y en un plan deportivo claro, no en titulares fugaces. Holan, incluso sin mencionar su futuro contractual, dejó clara su sintonía con esa idea de club: “No es momento de desenfocarnos. Estoy absolutamente de acuerdo con el proyecto de club”.

Con el ruido ahogado por los argumentos, la mirada vuelve al césped. Ahora empieza lo que él define como “una nueva etapa”, los playoffs, donde “no hay mañana” y los detalles son todo. Mientras una parte del mundo especula con nombres imposibles, en Rosario Central, con Holan al mando, solo piensan en San Lorenzo, en Independiente y en la gloria que se gana con trabajo, no con rumores