El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, tiene bien ganada la fama de todoterreno: para bien o para mal, está en todos lados.

Donde hay un conflicto de seguridad, allí llega Berni, en un patrullero o en una moto para transmitir autoridad.

Cuestionado por propios y ajenos por su estilo «librepensador», que no pocas veces lo colocan en el centro de la polémica, el funcionario de Axel Kicillof lleva al extremo la idea de que su oficina es la calle.

A tal punto que a veces se pasa de rosca y termina durmiendo en un colectivo porque el operativo termina muy tarde.

«A veces duermo en un colectivo que tenemos, en el medio del Conurbano, del trabajo que tenemos», confesó.