13/08/2025  -  Noticias Varias
Moda rara
Chupetes para adultos: ¿la nueva fórmula antiestrés o un riesgo para la salud?
Lo que empezó como un fenómeno viral en China ya está en Argentina, despertando tanto curiosidad como polémica.

En las calles de Buenos Aires, entre el ruido del tránsito y las pantallas que no dejan de vibrar con notificaciones, surge una tendencia inesperada: adultos que llevan chupetes colgados al cuello o los usan en la intimidad de sus hogares. Lo que empezó como un fenómeno viral en China ya está en Argentina, despertando tanto curiosidad como polémica.

No son los chupetes de bebé, sino versiones adaptadas: más grandes, con diseños que van desde lo minimalista hasta lo extravagante, y promocionados como aliados contra el estrés, la ansiedad e incluso el tabaquismo. En plataformas como Mercado Libre, ya pueden encontrarse a precios que rondan los $15.000, con descripciones que aseguran "calma inmediata" o "solución para noches de insomnio".

¿Moda o terapia?

Los defensores de esta práctica argumentan que chupar un chupete adulto activa una sensación de seguridad, similar a la que experimentaban en la infancia. "Es como un reseteo mental", comenta un usuario en redes, mientras otro asegura que le ayudó a reducir la ansiedad antes de reuniones laborales. En un mundo donde el burnout y la presión son moneda corriente, no sorprende que métodos alternativos de relajación ganen terreno.

Pero no todo es color de rosa. Odontólogos advierten que el uso prolongado puede generar malformaciones dentales, especialmente si se extiende por más de tres horas diarias. "A largo plazo, podría provocar desplazamientos en la dentadura o problemas de mordida", explica un especialista, aunque reconoce que, con moderación, no representaría un peligro grave.

¿Infantilización o libertad?

Más allá de los debates médicos, la tendencia abre una pregunta incómoda: ¿estamos viendo una generación que busca refugio en la nostalgia infantil para escapar de la adultez? Para algunos, es solo otra herramienta de bienestar; para otros, una señal de que la sociedad está perdiendo herramientas emocionales para enfrentar la vida adulta.

Mientras tanto, el mercado sigue expandiéndose. Y aunque algunos levantan la ceja al ver a un treintañero con un chupete de unicornio, otros ya lo consideran tan normal como llevar un antifaz para dormir o un masajeador de manos. La pregunta que queda flotando es: ¿pasajera excentricidad o hábito que llegó para quedarse?

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