04/09/2025  -  Nacionales
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Adiós al Rey: Giorgio Armani, el arquitecto de la elegancia silenciosa
El diseñador que vistió al mundo con ropas de poder y comodidad falleció a los 91 años. Revolucionó la moda prêt-à-porter, democratizó el lujo y construyó un imperio global sin ceder nunca el control. Su legado redefine la elegancia moderna.

Milán amaneció más sobria. Giorgio Armani, el hombre que vistió a las estrellas de Hollywood y a los profesionales del mundo, el diseñador que liberó el cuerpo de las estructuras rígidas y le dio a la moda una nueva fluidez, falleció el jueves en su domicilio a los 91 años. La confirmación llegó desde su propia casa de moda, la misma que fundó hace medio siglo y desde la cual gobernó cada hilo, cada diseño, cada decisión con una férrea independencia que se volvió legendaria en la industria.

Su muerte marca el fin de una era no solo para Italia, sino para la cultura global del vestir. Armani era el último titán de una generación dorada, un purista que nunca cedió su empresa a un conglomerado y que mantuvo hasta el último día el título de propietario y director creativo. Una rareza en un mundo devorado por las multinacionales.

La noticia llega en un momento de particular simbolismo. La firma confirmó que el maestro preparaba un evento especial para conmemorar los 50 años de la marca durante la próxima Semana de la Moda de Milán. Un aniversario que ahora se teñirá de homenaje. Para su despedida, se instalará una “funeral chamber” en Milán durante el fin de semana para permitir el acceso del público, seguida de una ceremonia privada.

Armani no fue un diseñador más. Fue un revolucionario silencioso. A mediados de los 70, desarmó la sastrería masculina y creó el traje desestructurado, una pieza que borró los hombros cuadrados y el busto rígido para ofrecer una elegancia cómoda, humana. Paralelamente, miró a la mujer profesional y le dio una alternativa: blazers y pantalones que equilibraban autoridad y fluidez, sin caer en una feminización forzada ni en una imitación masculina. Él instaló el poder traje de mujer en la oficina y en la alfombra roja, un legado que perdura hoy.

Su impacto trascendió las pasarelas. Vistió a Sophia Loren, Julia Roberts, Anne Hathaway y a generaciones de actores que encontraron en sus diseños la personificación de una elegancia discreta pero profundamente segura. Fue el cerebro detrás del vestuario de “American Gigolo” (1980), donde los trajes de Richard Gere se convirtieron en un personaje más y catapultaron su estética a una audiencia mundial.

Hombre de infancia austera, criado en la Piacenza de posguerra, abandonó la medicina para encontrarse a sí mismo como escaparatista en La Rinascente. Desde allí, su ascenso fue meteórico. Junto a su socio y compañero de vida, Sergio Galeotti, fundó su imperio en 1975. La muerte de Galeotti en 1985 lo dejó al mando absoluto de una empresa que transformó en un gigante con ingresos anuales de 2.300 millones de euros y una fortuna personal estimada en 12.000 millones de dólares.

Su estilo, minimalista, sobrio y atemporal, le valió el apodo de “Re Giorgio”. Un monarca que, incluso en sus últimos días, mientras convalecía de una enfermedad no revelada que lo mantuvo alejado de los desfiles de junio pasado, seguía agradeciendo el apoyo y prometiendo su regreso. Un regreso que, ahora, será eterno a través de las siluetas relajadas que forever cambiaron la forma de vestir del mundo.

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