Modernidad con los colores de la banda
El estadio más grande de Sudamérica no se conforma con albergar a 85.018 almas. Ahora busca brindarles una experiencia superior. La nueva fachada de la Belgrano, de 180 metros lineales, será una piel inteligente. Lejos de ser un simple cambio estético, se construirá bajo el sistema curtain wall, una tecnología de punta utilizada en los estadios más modernos del mundo.
Los números impresionan: 843 m² de vidrio y 428 m² de placas de aluminio compuesto se entrelazarán para crear un efecto visual único. Las franjas de aluminio, blancas y rojas, no son un detalle casual; son un guiño deliberado para recrear la bandera institucional, fusionando identidad con innovación. Se trata de materiales de primera línea: los vidrios DVH (doble vidrio hermético) actuarán como un escudo contra la humedad, el polvo y la suciedad, protegiendo la estructura y mejorando el confort interior con un aislamiento acústico y térmico de elite.
Un plan integral que no tiene freno
La reforma de la fachada es solo la punta del iceberg de un proceso de modernización que se puso en marcha en 2020, en plena pandemia, y que no ha dejado de crecer. El Monumental de hoy es ya un estadio distinto. El césped híbrido con climatización, el anillo 360, la mejora en la accesibilidad y una propuesta gastronómica renovada son realidades tangibles.
Pero la mirada está puesta más allá. El proyecto es holístico y avanza en múltiples frentes. A pocos kilómetros del templo, en el predio de Cantilo, se construye el futuro: un Centro de Alto Rendimiento de 5.000 m² que albergará a las divisiones inferiores con seis canchas, residencia para 72 jóvenes y tecnología de neurociencias, todo bajo el programa RiverDar para formar deportistas y profesionales.
La vocación polideportiva se refuerza con un nuevo polideportivo junto a la cancha auxiliar 2, que incluirá un estadio cubierto para deportes de sala y, por primera vez, una cancha de agua propia para hockey.
El sueño máximo: techar el Monumental
Mientras las grúas trabajan en la Belgrano, la dirigencia riverplatense ya tiene la mente en el próximo salto cualitativo: la cobertura total del estadio. El proyecto, aunque aún no está formalmente definido, avanza en su fase final de análisis técnico y financiero.
El desafío es monumental, en el sentido literal. El techo no generaría ingresos por preventa como la ampliación de tribunas, por lo que el club debe encontrar una estructura de financiamiento creativa. La solución ingenieril es igual de audaz: evita añadir peso a la estructura existente mediante un centenar de columnas externas que soportarían la cubierta.
Los beneficios, sin embargo, serían transformadores. Desde una superficie invaluable para branding y un posible naming rights, hasta la protección de las butacas y la estructura contra las inclemencias, reduciendo costos de mantenimiento. Además, optimizaría la logística para recitales y eventos masivos, consolidando al Monumental no solo como una fortaleza del fútbol, sino como el epicentro del espectáculo en Argentina.
La obra en la tribuna Belgrano, con una finalización estimada para el tercer trimestre de 2026, es otro paso firme en un camino que no mira al pasado. River Plate no solo está remodelando su casa; está diseñando, ladrillo a ladrillo y vidrio a vidrio, el estadio del futuro