
El rugido de los motores en Interlagos estará teñido de celeste y blanco este fin de semana. Mientras una marea de fanáticos argentinos se prepara para invadir San Pablo y seguir a Franco Colapinto en el Gran Premio de Brasil, detrás de la cortina de humo del paddock se jugó una carrera aún más crucial: la de su futuro. Y todo indica que la bandera a cuadros ya está a la vista.
La confirmación de que Colapinto seguirá siendo piloto de Alpine en 2026 está hoy más cerca que nunca. El desenlace se habría cocinado lejos de los circuitos, en una jugada maestra y sigilosa de Flavio Briatore. Según información de peso en la prensa internacional, el mismo domingo en que terminó el Gran Premio de Austin, el estratega italiano abordó un vuelo con destino a Buenos Aires. Su misión: una reunión relámpago con los principales patrocinadores y apoyos de Colapinto para ultimar los detalles del nuevo contrato que atará al joven de 22 años al equipo. Tras el cierre en Argentina, Briatore viajó al norte de San Pablo, no solo para la carrera, sino para un reencuentro con su viejo amigo Bernie Ecclestone.
Esta ofensiva diplomática de bajo perfil no es un capricho. Es la pieza central de una estrategia desesperada de Alpine por encontrar estabilidad y un respaldo financiero sólido. El inmenso apoyo de patrocinadores latinoamericanos, con una gigante del comercio electrónico a la cabeza –ya presente en el A525 en Austin, México y ahora Brasil–, se ha convertido en el oxígeno que el equipo necesita para sobrevivir. La proyección de Colapinto y su poder de atracción comercial son, en este momento, tan valiosos como su talento al volante.
Los rumores de su renovación llevan semanas ganando fuerza, pero ahora tienen la contundencia de un hecho consumado. En el equipo están abiertamente satisfechos con la integración y la progresión del piloto argentino. Su evolución tras el parate veraniego ha sido notable, al punto de igualar el rendimiento de su experimentado compañero Pierre Gasly en las últimas seis carreras. Tanto es así, que se anticipa que el anuncio oficial de su continuidad podría producirse incluso antes de que los motores calienten en Brasil.
Sin embargo, este futuro prometedor choca de frente con un presente desolador. Alpine es, hoy por hoy, el equipo más débil de la grilla. Ocupa el último lugar en el campeonato de Constructores, con solo 20 puntos, todos aportados por Gasly. Llevan siete carreras sin sumar un solo unidad y en México ambos pilotos fueron eliminados en la Q1. El diagnóstico es lapidario: el motor Renault sufre una falta de potencia que les resta entre tres y cinco décimas por vuelta, una brecha insalvable. La frase del propio Gasly lo resume todo: “Solo obtendré buenos resultados con este coche si reina el caos”.
Frente a este panorama, la apuesta de Briatore ha sido radical: sacrificar por completo el desarrollo del auto 2025 para concentrar todos los recursos en el proyecto de la nueva era de 2026, cuando Alpine dejará de ser equipo de fábrica de Renault para convertirse en cliente de Mercedes. “¿Justificaba luchar por el octavo puesto sacrificar nuestro proyecto de 2026?”, fue la reflexión que, según se comenta, selló el destino de esta temporada.
Mientras tanto, en la trastienda, la situación interna es una tormenta perfecta. La nueva dirección de Renault quiere desvincularse de Briatore, a quien considera una herencia incómoda del anterior régimen. Pero el italiano se ha erigido como el líder de facto, dirigiendo una revolución que incluyó la salida de Esteban Ocon, una fugaz y polémica dirección técnica y el adiós del último CEO de Renault. En este terremoto, la consolidación de Colapinto ha dejado en la cuneta a otros prospectos. Jack Doohan, a quien Colapinto reemplazó, ve sus puertas cerradas como titular, y Paul Aron fue claramente superado por el argentino en los entrenamientos.
Así las cosas, Alpine apuesta su resurrección a una dupla: la experiencia de Gasly y el talento crudo y el potencial comercial de Franco Colapinto. El piloto argentino no solo se ha ganado su lugar con su rendimiento; se ha convertido en el proyecto alrededor del cual el equipo intenta reconstruirse. Este fin de semana, en el fervor de Interlagos, Colapinto no solo correrá una carrera. Será el protagonista de un anuncio que marcará el rumbo de su carrera y el último suspiro de un equipo que lo pone todo en él para no desaparecer