
EL pueblo de Fontezuela, en el partido de Pergamino, vivió ayer una tarde especial con el regreso de Catalina Maglio, la niña de 10 años que estuvo internada durante cuatro semanas en el Hospital Garrahan .
Catalina sufrió una grave lesión el 9 de octubre tras la explosión de una maqueta que simulaba la erupción de un volcán durante la feria de ciencias del Instituto Comercial Rancagua.
Ayer, a bordo de una autobomba llegó a Fontezuela, donde fue recibida por sus compañeros de la Escuela Primaria 59 y la comunidad local.
Llegó junto a sus padres , Ángeles del Valle y Javier Maglio, quienes expresaron su profunda gratitud y asombro por el afecto recibido y reconocieron que llegar a Fontezuela era una prioridad impulsada por la propia Catalina: "Queríamos llegar lo antes posible porque ella quería volver al pueblo, a su pueblo".
El recibimiento superó ampliamente sus expectativas. Javier Maglio señaló a medios pergaminenses que no esperaban el nivel de acompañamiento de la gente. "No solamente [fueron] los compañeros de ese sino todo el pueblo", destacó, añadiendo que el apoyo provino de "gente de Pergamino, gente de todos lados".
Ángeles y Javier describieron el mes de internación como un periodo de "mucha lucha". Reconocieron que Catalina "llegó muy grave", pero destacaron el accionar "excelente" y "rapidísimo" de los médicos, tanto de Garrahan como de quienes la recibieron en el hospital de Pergamino.
Los Maglio confesaron que nunca esperaron que la recuperación avanzara tan rápido. "Nunca esperamos que en una semana salga de terapia y después que tan poquito tiempo nos den alta", manifestó Javier.
La pequeña tiene un seguimiento médico y que aún faltan "otras cirugías más todavía de reconstrucción". No obstante, el masivo apoyo de la comunidad y la fortaleza de su hija les dan "mucho más fuerza todavía" para encarar lo que queda por delante.