En el cierre de una fecha clave del Clausura, el fútbol argentino volvió a demostrar que no conoce de guiones previsibles. Mientras Independiente quebraba con un gol de Santiago Montiel a los 50 minutos del segundo tiempo una racha invicta de 27 partidos de Deportivo Riestra como local, en La Plata, Gimnasia le ponía fin a su sequía con una victoria contundente sobre Vélez, en un partido que tuvo sabor a saga familiar: Nicolás Barros Schelotto, hijo del entrenador visitante Guillermo, vistió la camiseta del Lobo.

El Torneo Clausura entra en su última jornada con todo por definir. En el estadio Guillermo Laza, el Rojo sudó hasta el último segundo para llevarse los tres puntos. Ignacio Arce y Rodrigo Rey, los dos arqueros, fueron protagonistas hasta que Montiel, con un latigazo inatajable, decidió un partido que había estado marcado por la fricción y las interrupciones. Con este triunfo, Independiente mantiene vivas sus chances de Sudamericana, aunque deberá esperar el resultado de su enfrentamiento con Rosario Central.

Mientras tanto, en el Bosque, Gimnasia mostró carácter. Después de un arranque peligroso de Vélez —con dos balones en los palacios de Maher Carrizo y Rodrigo Aliendro—, el Lobo repuntó. Marcelo Torres, de penal, y Alejandro Piedrahita, regateando al arquero, sellaron un 2-0 que acerca al equipo de Fernando Zaniratto a los puestos de playoff. Para Vélez, en cambio, la visita a Liniers de River Plate en la última fecha será un examen de fuego.

En La Paternal, Argentinos Juniors no quiso saber nada de resacas tras la caída en la final de la Copa Argentina. Lautaro Giaccone, con un remate implacable tras un pase filtrado de Tomás Molina, le dio el triunfo ante Belgrano. El Bicho se metió en zona Libertadores y afrontará su último desafío ante Estudiantes de La Plata con la moral por las nubes. El Pirata, por su parte, se despide en casa frente a Unión.

Para el cierre, Independiente Rivadavia y Central Córdoba ofrecieron un empate sin goles en Mendoza. La Lepra, recién consagrada en la Copa Argentina, ya no tiene chances en el Clausura, pero sueña con la Libertadores. El Ferroviario, en cambio, necesita un punto en la última fecha para asegurar su lugar en los playoffs.

La etapa regular se apaga. Pero la fiesta —y la agonía— no han hecho más que empezar