
La pelota rodará el 29 de noviembre en Lima, pero el acento será netamente carioca. Palmeiras y Flamengo, dos gigantes que también libran una batalla cuerpo a cuerpo en el Brasileirao, disputarán la gloria eterna. Y en medio de ese volcán, con la presión de 60.000 almas y millones detrás de la pantalla, estará un hombre de Neuquén con la frialdad necesaria para dirigir la tormenta. Darío Herrera, respaldado por su compatriota Héctor Paletta en el VAR, afronta el partido de su vida.
No es un novato en finales. Su riguroso desempeño en la Copa del Rey de Campeones de Arabia Saudita, con tres expulsiones y nueve amarillas, demostró que no tiembla a la hora de aplicar el reglamento. Ese mismo carácter será puesto a prueba ante la pasión desbordada de "Fla" y "Verdao". La CONMEBOL, al elegirlo, apuesta a un árbitro en estado de gracia: viene de ser seleccionado para el Mundial Sub-20, dirigió la consagración de Vélez en la Supercopa Internacional y fue el elegido para cerrar la Fase Regular del fútbol argentino en La Bombonera.
Historia y contexto: un duelo con sabor a revancha y dominio
Esta final es más que un partido; es un capítulo crucial en una rivalidad que define el presente del fútbol brasileño. Palmeiras busca su cuarta orejona para acercarse a los históricos, mientras que Flamengo intenta igualar a su rival con su tercera conquista. El cruce tiene el condimento extra de la lucha en el Brasileirao, donde están separados por solo dos puntos, en un duelo que se antoja épico hasta el último minuto de la temporada.
El arbitraje argentino consolida su lugar de privilegio en las instancias decisivas. Por segundo año consecutivo, un juez albiceleste tendrá el silbato en la final, marcando una clara tendencia de confianza por parte del ente rector. Es un honor, pero sobre todo una responsabilidad abrumadora.
El equipo de justicia: un operativo con sello argentino y uruguayo
Herrera no estará solo. Lo acompañarán en las bandas Cristian Navarro y José Savorani, con Nicolás Ramírez como cuarto árbitro. La tecnología, esa herramienta que puede definir un título con un milímetro, estará comandada por el experimentado Héctor Paletta en el VAR, secundado por un equipo mixto que incluye a los uruguayos Santiago Gandini y Christian Ferreyra. Una torre de control donde cada decisión será analizada al milímetro.
El premio mayor: el camino hacia la cima del mundo
Quien levante la Copa en Lima no solo escribirá su nombre en la historia del continente. Abrirá la puerta a una aventura sin precedentes: el camino hacia la Copa Intercontinental en Doha. El ganador se enfrentará a Cruz Azul de México, y de superar ese obstáculo, deberá medirse con el Pyramids FC de Egipto. La gran final, el miércoles 17 de diciembre, tendría como premio mayor un duelo soñado contra el Paris Saint-Germain de Mbappé. La gloria continental es solo el primer paso para una consagración global.
Todo está listo. El escenario, los protagonistas y el hombre que tendrá la última palabra. Darío Herrera, con su frío silbato neuquino, se prepara para entrar en el ojo del huracán más passion