La excelencia en la educación es el mayor capital al que podemos aspirar individualmente y como sociedad. El sistema educativo es un servicio para formarnos y compartir conocimientos, sin embargo, no se agota en un compendio de autoridades, docentes, familias y alumnos, sino que se constituye en un contrato social que todas y todos debemos honrar, fundamentalmente quienes desempeñamos algún rol de liderazgo o la función pública.

Durante estos difíciles meses de pandemia, las comunidades educativas en su conjunto, han hecho un aporte invaluable para sostener la continuidad pedagógica, y honrar este contrato social. Alumnos, que debieron adaptarse a la virtualidad, familias que se convirtieron en apoyos de los educadores, y docente que, hasta dejando a un lado sus derechos laborales, enarbolaron su vocación, asistiendo a cada alumno y familia, sin limitaciones de horarios o medios. Así fuimos sorteando dificultades estos meses: Entre TODOS, trabajando en equipo, corrigiendo los errores, sin egoísmos y con la solidaridad como bandera.

Tanto el Gobierno Nacional, como el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y puntualmente los funcionarios del sistema educativo trabajamos desde el primer día para la vuelta a clases presenciales. Es una obviedad manifestar que la virtualidad, no es la regla, sino simplemente una excepción, como herramienta, para proteger la salud de los docentes, de los alumnos y sus familias.

Sin embargo, con pesar, me siento en la obligación de ratificar lo obvio, porque lamentablemente en nuestra ciudad hay sectores de la política que están dispuestos a romper nuestro contrato social, queriendo atropellar el sistema educativo, manipulando información y usurpando roles, confundiendo a las familias, tratándolos como el botín de una anticipada e inoportuna batalla electoral.

Y a todos quienes hasta aquí han dedicado sus palabras y energía al ataque a la educación pública, quiero pedirles que se ajusten al contrato social, que entiendan la importancia de defender y cuidar nuestras instituciones, que se encuadren en sus competencias evitando confundir a los vecinos o manipular sus expectativas.

Tanto al intendente como a sus funcionarios les pido que asuman su verdadera e ineludible responsabilidad de invertir los fondos que descentraliza la provincia de Buenos Aires en reparar y fortalecer la infraestructura escolar, que tanta inversión necesita, para adaptar los edificios a las exigencias sanitarias. Necesitamos, además, que comiencen a implementar políticas públicas con resultados más exitosos en la contención y disminución de la multiplicación del virus Covid19, condición necesaria, para la recuperación de la presencialidad.

Sólo reconociendo el esfuerzo denodado de las y los educadores y construyendo con las autoridades educativas a través del diálogo al que siempre estamos dispuestos encontraremos el camino no sólo para cumplir con nuestras responsabilidades sino también para no agregar más preocupaciones y angustias a las que a las que ya estamos pasando los juninenses