El torneo más importante de básquet de Sudamérica tendrá su epílogo este viernes. La final de la Champions League Americas enfrentará a Quimsa de Santiago del Estero y Flamengo de Brasil, desde las 20 horas en el Antel Arena de Montevideo, Uruguay, y tendrá la presencia del juninense Franco Balbi, base del conjunto brasileño. El encuentro se podrá ver por DirecTV Sports.

El conjunto argentino viene de vencer a San Lorenzo, el martes pasado, por 110 a 97, triunfo que dejó la serie, interrumpida por la pandemia, 2-1 a su favor; en tanto que los de Río de Janeiro ya esperaban en la final desde el 12 de marzo, día en el que se impusieron a Instituto por 66-64 para cerrar la llave 2-0.

El campeón obtendrá el reconocimiento de ser el mejor equipo de la única liga continental de las Américas. Además, a la gloria deportiva se suman otros importantes alicientes: el premio económico, la clasificación para participar en la Copa Intercontinental FIBA y un trofeo deslumbrante para sus vitrinas.

El nuevo trofeo está bañado en oro y mide 60 centímetros de altura. Tiene 12 puntas realizadas en corte por láser, que representan a cada uno de los equipos participantes y entrelazadas generan la sensación de ser la red de un aro de baloncesto. En la base, se completa de un lado con el logo de FIBA y del lado opuesto con el logo de BCL Americas y la inscripción “Campeón 2019-2020”.

Las medallas llevan en el frente el logo de BCLA y la inscripción 2019-2020, mientras que en el contrafrente tienen el logo de FIBA en el centro, rodeado por los logos de los 12 equipos participantes de esta primera edición. Son medallas de fundición, a dos caras en relieve, de 8cm de diámetro y 6mm de espesor. 

Las preseas de campeón están bañadas en oro, mientras que las de subcampeón están bañadas en plata. Se completan con una cinta escaneada de 35mm de ancho con el logo de BCLA.

Además, el subcampeón recibirá una Bandeja de acero inoxidable de 49 x 33 cm, con funda de terciopelo, con la inscripción “2º Puesto 2019-2020” y los logos de FIBA y BCLA.

Las piezas fueron creadas por Rilux, empresa fundada en el año 2000 en Belo Horizonte (Brasil), desarrolladora de proyectos de diseño en los segmentos de premiación, que cuenta con equipos de vanguardia para transformar el metal en los más variados objetos y tiene clientes en Brasil, Argentina, Chile, Emiratos Árabes, España, Estados Unidos y Japón.