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¿Por qué
se considera que el Comunismo ha claudicado ante el Capitalismo?
Josep Pla, lo dejó advertido ‘Lo que los
defensores del comunismo no cuentan es que la única manera de que su idea
prospere es imponer una dictadura durísima, la más dura que haya conocido jamás
la humanidad…’. Todas las alternativas a la libertad económica y a la libertad
política que a lo largo de la historia se han intentado crear, más tarde o más
temprano han fracasado. Al final, han ganado siempre la batalla los defensores
de la libertad, una libertad que, al final, es una sola y no se puede dividir.
Ninguna distopía puede prevalecer demasiado tiempo contra el único sistema
capaz de hacer progresar materialmente a la humanidad, sin arrebatarle lo que
la hace humana.
¿Con qué armas o herramientas se ha valido el
Capitalismo para vencer al comunismo?
Ha sido un capitalismo basado en la
importancia del capital financiero y de la información financiera, y ha
dominado el mapa político y económico mundial durante los últimos cuarenta años
con victorias incontestables. Se ha impuesto sobre el comunismo, ha generado
una ola de prosperidad sin precedentes y ha conseguido una significativa
reducción de la desigualdad en el mundo.
Pero el
capitalismo a sumado a sus filas hasta los más acérrimos detractores. ¿Desde cuándo
se enteraron que debían cambiar?
Desde la caída del Muro de Berlín, la mitad de
la población mundial se ha sumado al capitalismo y a la globalización. Lo han
hecho más de una veintena de países emergentes de todos los continentes,
incluidas China y las repúblicas socialistas de la antigua URSS, y también la
India. Sólo unos pocos países, como Cuba y Corea del Norte, siguen siendo
completamente regímenes comunistas declarados, tanto en lo político como en lo
económico.
¿Pero,
aunque convivan, muchos de ellos son diferentes entre sí?
En el mundo conviven dos formas diferentes de
entender el capitalismo. Por un lado está el capitalismo liberal desarrollado
en Occidente durante los últimos doscientos años; y por otro, el capitalismo
político o capitalismo de Estado, liderado por China, pero que se extiende
también a partes de Asia, Europa y África. El éxito económico del capitalismo
de Estado constituye el motor del resurgimiento de Asia. La gran globalización
ha generado un reequilibrio de poder en el mundo.
¿Dónde
se ha materializado el progreso que supuestamente conlleva el Capitalismo?
La fuerza del capitalismo financiero y de la
globalización ha logrado crear una clase media global. Cientos de millones de
personas han alcanzado un estadio que les permite no sólo tener las necesidades
básicas cubiertas, sino también expectativas de bienestar y de progreso. Un
logro extraordinario y de enormes consecuencias: el alargamiento de la
esperanza y de la calidad de vida, la extensión arrolladora de la salud y la
educación o las crecientes demandas y mejoras de libertad.
¿Si todo
fuera tan concluyente, por qué existen voces disonantes?
El capitalismo financiero también tiene fallos
y ha cosechado fracasos. No está gestionando una economía que es crecientemente
intangible, ha desestabilizado el clima y ha abierto una grave fractura de la
confianza en muchas sociedades avanzadas en las que la mayoría social piensa
que el sistema sólo beneficia a las élites. Estos fracasos reflejan los nuevos
desafíos a que se enfrenta el capitalismo de hoy. Se ha basado en la supremacía
de un único capital, el capital financiero, a pesar de sus éxitos, está hoy
crecientemente cuestionado.
¿Y
entonces?
Necesitamos un nuevo modelo de capitalismo
inclusivo y sostenible. La crisis
financiera que en el año 2008 casi condujo al colapso de la economía global ya
nos obligó a tomar conciencia de las debilidades de un modelo económico cuya
potencia parecía infinita. Creo sinceramente que la profunda crisis económica y
social provocada por la COVID-19 es un nuevo recordatorio de la necesidad de
revisar el paradigma de valor que ha movido la política y la economía global
durante los últimos cuarenta años. La gran globalización ha generado una ola de
prosperidad sin precedentes, pero también ha transformado el concepto mismo de
riqueza. La emergencia de nuevos capitales: el capital intangible, el capital ecológico y el capital social.
Hace sólo cuarenta años, el capital intangible, el capital ecológico y el
capital social no tenían relevancia ni visibilidad. Hoy, la economía es
intangible, el medio ambiente es un recurso crecientemente escaso y la
inversión en capital social es cada vez más importante.
¿El
Capital financiero pierde protagonismo frente a los nuevos activos que se mencionan?
El
capital financiero sigue ahí, y es sumamente
importante, pero ha perdido su supremacía.
Los activos intangibles como la
cultura empresarial, el modelo de negocio, el liderazgo, la capacidad de
innovación o el grado de satisfacción de los trabajadores se encuentran detrás
de la mayor parte de la capitalización bursátil de las principales compañías
del mundo. El capital intangible, no se trata en muchos casos como capital, a
pesar de que es el alma de las empresas. Hoy, las economías más dinámicas del
mundo son economías intangibles. El capital intangible se ha convertido en el
principal motor de innovación, crecimiento económico y competitividad en un
mundo hiperglobalizado. Tenemos un nuevo capital con el poder de determinar el
valor de las empresas más grandes del mundo. Sin embargo, el paradigma de valor
que rige nuestro capitalismo no lo considera capital.
¿Cómo sopesa el Capital ecológico y más aún
como se pone en práctica?
La
ecología, El segundo gran desafío a que se enfrenta el
capitalismo moderno, y que requiere una revisión de nuestro paradigma de valor,
es la creciente crisis medioambiental. La manifestación más importante de esta
crisis es el cambio climático. El cambio climático supone una amenaza
existencial para la humanidad, constituye una alteración estructural de los
patrones del planeta que afectará profundamente a la vida humana y a la
economía global. Resulta sorprendente que aún existan líderes políticos que lo
nieguen o que se manifiesten de forma ambigua después de cien años de
investigación. La práctica totalidad de la comunidad científica respalda que la
actividad humana está alterando el clima del conjunto de nuestro planeta.
Si continuamos emitiendo CO2 en las cantidades
actuales, nos quedaría sólo un margen inferior a diez años para evitar que el
aumento de la temperatura mundial excediera de 1,5 o C.21 Hay quien puede
pensar que la diferencia entre 1,5 y 2 o C es irrelevante. No lo es. Medio
grado de temperatura supone una economía más próspera y 150 millones de vidas
humanas salvadas de la muerte por contaminación atmosférica, la posibilidad de
proteger algunos ecosistemas críticos, como el Ártico o los arrecifes de coral,
y, sobre todo, limitar el riesgo de que no haya vuelta atrás. El capital
ecológico es propiedad de todos. Todos tenemos derecho a saber cómo y cuánto
impacta en el clima y en el planeta la actividad de cada empresa; cómo y cuánto
impactan en el clima las decisiones políticas y las decisiones que tomamos a
nivel individual en el día a día. Se ha convertido en un activo clave para la
estabilidad de la economía global. En muchas ocasiones, es irreemplazable por
capital financiero. Sin embargo, a pesar de su importancia, las herramientas
con las que medimos el progreso no le dan valor.
¿Y el
Capital Social?
El
capital social es el cemento que mantiene unidas con
solidez a las sociedades. Está formado por las normas, los valores y el legado
de integridad y eficacia de las instituciones. Es el activo que indica las
expectativas y la confianza en el sistema, y marca las diferencias en el
potencial de crecimiento de países y regiones.
¿Cómo
viene a interceder el Multicapitalismo que propone el libro?
El capitalismo financiero está siendo
reemplazado por el multicapitalismo,
en el que la creación de valor depende de múltiples capitales y donde el
beneficio financiero debe contrapesarse con el valor real de las empresas y con
el beneficio —o la pérdida— intangible, ecológica y social.
.-
Este
fragmento interactuado es solo una introducción a una obra indispensable para
todo aquel que se considere inquilino en este hogar llamado Planeta Tierra.
Recomendamos fervientemente la lectura del libro original: Multicapitalismo de
Juan Costa. –
Adquiérelo
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