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Ellen Sadler, conocida como la
"Chica Dormida de Turville", nació el 15 de mayo de 1859 en el
pintoresco pueblo de Turville, en el condado de Buckinghamshire, Inglaterra.
Era la décima de doce hijos en una familia de clase baja. A los once años, fue
enviada a Marlow para trabajar como niñera, pero pronto comenzó a experimentar
somnolencia extrema y dolores de cabeza persistentes, lo que afectó su
capacidad para trabajar. Un médico local diagnosticó un absceso en la cabeza, y
Ellen pasó 18 semanas en el hospital de Reading antes de ser dada de alta sin
una solución clara.
El 29 de marzo de 1871, Ellen sufrió
una serie de convulsiones y luego se acostó en su cama, adoptando una posición
fetal con la mano bajo la cabeza. Desde ese momento, permaneció en un estado de
sueño profundo durante casi nueve años, sin mostrar signos de conciencia. Su
madre la alimentaba con una mezcla de vino de Oporto, azúcar y leche a través
de pequeñas tetinas, ya que su mandíbula se había cerrado, dificultando la
ingesta.
El caso atrajo la atención de
médicos, periodistas y curiosos de toda Inglaterra. Se especuló sobre diversas
causas, incluyendo encefalitis letárgica, narcolepsia o incluso fraude. Algunos
afirmaron haber visto a Ellen moverse o reaccionar, lo que alimentó las
sospechas. En mayo de 1880, la madre de Ellen falleció, y la joven fue puesta
bajo el cuidado de sus hermanas mayores. Poco después, Ellen despertó sin
recordar los años transcurridos.
Tras su despertar, Ellen se recuperó
notablemente, aunque su crecimiento se ralentizó y su visión se deterioró
ligeramente. Se casó y tuvo seis hijos. Falleció en 1911, a los 52 años,
dejando atrás uno de los casos médicos más enigmáticos de la historia.
Su historia sigue siendo objeto de
debate y fascinación, con teorías que van desde trastornos neurológicos hasta
hipótesis de fraude. El "Sleepy Cottage", la casa donde permaneció
durante su largo sueño, se ha convertido en un símbolo de este misterio médico.