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En el Londres victoriano de 1889, la
revista Tit-Bits lanzó una provocadora convocatoria: ofrecía un premio a
mujeres solteras que respondieran con ingenio a una sola pregunta:
"¿Por qué soy solterona?"
La propuesta, insólita para su época,
atrajo cientos de respuestas. Se eligieron 21 ganadoras, cada una premiada con
5 chelines. Pero más allá del premio, lo que sorprendió fue la audacia y la
claridad de las respuestas. Aquí algunas de las más memorables:
Jessie Davies escribió con sorna:
“¡Porque soy inglesa y todos los
hombres ya están conquistados por mujeres americanas!”
La señorita Sparrow, sin rodeos,
respondió:
“Porque no necesito otra mascota. Los
hombres son más difíciles de manejar que los perros, menos cariñosos que los
gatos y menos divertidos que los monos.”
Emaline Lawrence, con elegancia
mordaz:
“Porque los hombres son como
pasteles: se ven bien por fuera, pero una vez que los conoces, resultan vacíos
y aburridos.”
Y Sarah Kennerly, con una fuerza que
resuena hasta hoy:
“Como un caballo salvaje que corre
libre y evita las ataduras, disfruto viviendo entre la libertad y el
compromiso. Prefiero ser libre que quedar atrapada en las cuerdas del
matrimonio.”
Estas respuestas, enviadas hace más de
un siglo, siguen siendo una lección de inteligencia, dignidad y sentido del
humor. Porque incluso en tiempos donde el matrimonio era el único destino
visible para muchas mujeres, hubo quienes supieron alzar la voz… y quedarse con
el premio.
Fuente: Datos históricos