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En un sentido mensaje, la familia Dimarco recordó por estas horas, cómo, hace ya 365 días, decidieron devolverle a Junín, la emblemática sala del Teatro San Carlos
Hoy se cumple un año desde que, en familia, asumimos el desafío de devolverle la vida al histórico Teatro San Carlos de Junín.
Un año desde que abrimos sus puertas, pero también nuestros corazones, a un sueño que nos transformó.
En estos 12 meses recorrimos un camino intenso:
Siete meses y medio de restauración, cada rincón pensado con amor y respeto por su historia.
Y en solo cuatro meses desde la reinauguración, por su escenario pasaron cientos de artistas locales, nacionales e internacionales.
El teatro volvió a respirar, a latir con cada aplauso, a emocionarse con cada función.
Lo hicimos por pasión, por compromiso, por creer que la cultura transforma.
Lo hicimos por Junín, porque apostamos por nuestra ciudad, por su gente y por todo lo que aún está por venir.
Mención especial para Eduardo Dimarco, cerebro, corazón y alma de esta restauración.
Su visión, entrega y amor por este proyecto fueron el motor que hizo posible lo imposible.
Gracias a quienes nos acompañaron, nos alentaron, y siguen creyendo en este sueño tan profundo.
Seguiremos trabajando para que el San Carlos continúe siendo ese lugar mágico donde los sueños se suben al escenario… y se cumplen.