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El fútbol sudamericano amaneció con un nudo en la garganta. Manuel García, el arquero argentino que forjó su carrera a fuerza de garras y sacrificios, anunció su retiro profesional tras ser diagnosticado con una enfermedad neuromuscular degenerativa. La noticia, confirmada por San Luis de Quillota, su último club, desató una ola de emociones en el mundo del deporte, donde el rosarino dejó una huella imborrable.
A través de un escueto pero doloroso comunicado, el equipo chileno informó: "A los simpatizantes del club, opinión pública y medios de comunicación, San Luis de Quillota lamenta informar que el jugador Manuel García fue diagnosticado con una enfermedad neuromuscular degenerativa, la cual lo alejará de las canchas de manera permanente".
El anuncio llegó horas antes del partido ante Universidad de Concepción, en la Primera B chilena. Como un gesto de despedida y apoyo, sus compañeros ingresaron al campo con una bandera gigante con su imagen y las palabras "Manu, fuerza. Siempre con vos". Las gradas, aunque ajenas al dolor íntimo del jugador, estallaron en aplausos.
García, de 34 años, nació en Rosario, cuna de cracks, y se formó en las inferiores de Rosario Central. Debutó en 2011 bajo el mando de Juan Antonio Pizzi, en una victoria ante Boca Unidos, y rápidamente se ganó la titularidad. Fue pieza clave en el ascenso de Central en 2013, aunque luego el destino lo llevó a recorrir un camino lleno de obstáculos: Gimnasia de La Plata, Huracán, Racing de Córdoba y, finalmente, Chile, donde se convirtió en un símbolo de resistencia.
Su especialidad eran los penales: tenía una mirada fría y un instinto felino bajo los tres palos. En Copa Argentina, sus atajadas fueron leyenda. Pero su vida, como en un guion cruel, le tenía preparado un último desafío fuera de la cancha.
El fútbol es eso: un juego de emociones, de golpes, de caídas y, a veces, de finales injustos. García no se despide con una ovación en un estadio repleto, ni con una lágrima frente a una copa levantada. Su retiro es silencioso, íntimo, pero no por eso menos heroico.
Sus excompañeros, clubes y rivales ya inundaron las redes con mensajes de apoyo. "Te ganaste el respeto de todos, Manu. Ahora toca otra pelea, pero no estás solo", escribió un histórico de Rosario Central.
Hoy, el arco del fútbol argentino y chileno pierde a un guardián. Pero, como en aquellos partidos en los que salvó a su equipo, Manuel García ya demostró que sabe pelear hasta el último minuto.
#FuerzaManu se volvió tendencia. Y esta vez, no es por un penal atajado, sino por la batalla más importante de su vida.