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En un acto realizado el 6 de agosto de 2025 en el Palacio de Planalto, Lula se emocionó al rememorar su infancia pobre y el silencio que guardaba cada vez que sentía hambre. “Era muy joven en la fábrica… por dentro imaginaba morder aquel sándwich. Me quedaba en silencio, con vergüenza de admitir que estaba con hambre”, relató con la voz entrecortada, explicando que su experiencia fue el motor que convirtió la lucha contra el hambre en una prioridad de su gobierno.
El ministro Wellington Dias recordó que Brasil ya había superado este desafío en 2014, pero retrocedió a partir de 2018 debido al recorte de programas sociales. Esta recuperación fue posible gracias al Plan “Brasil sin Hambre”, que incluyó reactivación del Bolsa Familia, apoyo a la agricultura familiar, mejoras en la alimentación escolar y aumento del salario mínimo. La Organización de la ONU destacó a Lula como “soldado global” en la lucha contra el hambre y anunció una visita oficial a Brasil en 2026 para estudiar su modelo