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En un mensaje grabado emitido esta noche por cadena nacional, el presidente Javier Milei anunció dos medidas contundentes para reforzar su política de ajuste fiscal y respondió con firmeza a las recientes derrotas legislativas que sufrió su gobierno.
El mandatario confirmó el veto a las leyes que impulsaban aumentos a las jubilaciones, la reinstauración de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en discapacidad, todas aprobadas previamente por el Congreso. Pero fue más allá: anunció que prohibirá por decreto la emisión monetaria para financiar el gasto público y enviará un proyecto para penalizar el déficit fiscal.
"El lunes voy a firmar una instrucción al Ministerio de Economía para que el Tesoro no pueda pedirle dinero al Banco Central para financiar gastos", afirmó Milei, en un claro intento por frenar lo que considera "la maquinita inflacionaria".
Pero la medida más polémica es el proyecto de ley que buscará castigar penalmente a legisladores y funcionarios que aprueben presupuestos deficitarios. "Cada peso nuevo que quieran gastar tiene que tener un nombre y un apellido, tienen que decir de dónde sale y a quién se lo sacan", advirtió el Presidente.
La iniciativa establecerá una regla fiscal estricta que obligue al Estado a mantener equilibrio o superávit. Cualquier aumento de gasto o reducción de ingresos deberá compensarse automáticamente con recortes en otra área. Quienes incumplan la norma podrían enfrentar sanciones penales.
El discurso de Milei no ocultó su enojo hacia el Congreso, que en los últimos días le dio varios golpes: desde la aprobación de fondos para universidades y el Hospital Garrahan hasta el rechazo de decretos que eliminaban organismos como Vialidad Nacional.
En un tono desafiante, el Presidente lanzó una frase que resonará en los pasillos del Parlamento: "Si quieren volver al pasado, me van a tener que sacar con los pies para adelante".
El mensaje dejó en claro que, pese a los reveses políticos, Milei no cederá en su plan de ajuste. La pulseada con el Legislativo acaba de escalar. Y la amenaza de judicializar el déficit marca un punto de no retorno.