Los cambios son notables: nuevas áreas de esparcimiento, juegos infantiles modernos, iluminación LED de última generación y senderos accesibles para personas con movilidad reducida. Además, se incorporaron bancos de diseño ergonómico y se restauró la vegetación, respetando los árboles históricos que dan identidad al lugar.

La reapertura no solo marca un hito urbanístico, sino también emocional para los juninenses, quienes durante años han visto en esta plaza un símbolo de pertenencia. Vecinos consultados durante la inauguración destacaron la importancia de mantener el espacio cuidado y seguro, especialmente para los más chicos.

Las autoridades locales, presentes en el acto, remarcaron que esta obra es parte de un plan más amplio de revitalización de espacios públicos, priorizando la convivencia y la sostenibilidad. Con la Plaza Sesquicentenario nuevamente en funcionamiento, Junín suma un atractivo que refuerza su calidad de vida y su proyección turística.

Un legado que perdura
Inaugurada originalmente en 1960 en conmemoración de los 150 años de la Revolución de Mayo, la plaza ha sido testigo de generaciones de juninenses. Su reapertura no solo honra ese pasado, sino que sienta las bases para un futuro donde lo público se vive en comunidad.

Hoy, al caer la tarde, las risas de los niños y el murmullo de los caminantes confirman que, más allá del cemento y las flores, lo que realmente renace es el alma de la ciudad