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Con stands que exhibieron desde clásicos reeditados hasta novedades de autores emergentes, el evento se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la literatura. La oferta incluyó géneros variados: narrativa, poesía, ensayo y hasta publicaciones artesanales, demostrando la vitalidad de la escena editorial independiente en la región.
Además de la venta de libros, el festival ofreció charlas con escritores, talleres de escritura creativa y espacios dedicados al fomento de la lectura en niños. La presencia del público fue masiva, con familias enteras disfrutando de las actividades y apoyando a los pequeños sellos que apuestan por contenidos fuera del circuito comercial tradicional.
Organizado con el objetivo de visibilizar el trabajo de editoriales alternativas y acercar la literatura a la comunidad, el evento dejó en claro que Junín se consolida como un referente cultural en la provincia de Buenos Aires. La combinación de calidad literaria, precios accesibles y un ambiente distendido marcó el tono de una jornada que, según los asistentes, debería repetirse pronto.
Mientras el sol caía sobre la plaza, los últimos lectores se despedían con libros bajo el brazo y la promesa de volver el próximo año. El festival no solo vendió páginas, sino que sembró ideas, conexiones y, sobre todo, ganas de seguir leyendo.