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El escenario del Theatre du Chatelet en París está preparado para el glamour y la precisión. Sin embargo, minutos antes de develar al mejor arquero del mundo, la cuenta oficial de X del Balón de Oro cometió una de esas meteduras de pata que solo entiende la era digital: publicó la lista de los diez primeros del ranking general del premio principal, pero con un texto que implicaba que esos eran los finalistas al premio Lev Yashin. Allí, en esa publicación errónea, aparecía Emiliano "Dibu" Martínez.
Fue suficiente. La chispa se encendió al instante. En segundos, las redes sociales argentinas explotaron en un mix de alegría, sarcasmo y genuina creencia. "¡Lo sabíamos!", "El Dibu es el mejor", fueron algunos de los comentarios que se multiplicaron mientras las capturas de pantalla del posteo equivocado comenzaban su viaje viral. El community manager, al percibir el gravísimo error, borró la publicación, pero era tarde. El genio ya estaba fuera de la lámpara. Por unos minutos mágicos, el arquero marplatense había vuelto a ganar, aunque sea en la ficción de un tuit mal redactado.
La realidad, cuando llegó, fue más fría y previsible. El trofeo Lev Yashin fue para el italiano Gianluigi Donnarumma, arquero del Manchester City, quien tuvo una temporada brillante conquistando la Champions League y todo a su paso con el PSG. El Dibu Martínez, por su parte, se ubicó octavo en la votación final y abandonó la ceremonia sin premios individuales, siendo el único argentino con chances reales de alzar un galardón en esta edición.
El contraste no pudo ser más cruel. El error virtual funcionó como un espejo de los deseos de un país que aún vive de los reflejos del Mundial y la Copa América que atajó Martínez. Mientras que en el mundo real, la lógica del fútbol europeo y la actualidad de un Aston Villa en zona de descenso pesaron más. La noche dejó en claro que, aunque un tuit lo proclame por error, en el firmamento del fútbol global, mantener la corona es un partido mucho más difícil que ganarla