La victoria ante Venezuela en el Hard Rock Stadium dejó un sabor agridulce. Mientras el resultado ratificó la solidez de un equipo que ya piensa en la defensa del título mundial, la sombra de las lesiones volvió a extenderse sobre el plantel de Lionel Scaloni. Enzo Fernández, uno de los pilares insustituibles del mediocampo, fue desafectado de la gira por Estados Unidos a causa de una sinovitis en la rodilla derecha.

La noticia, comunicada por la cuenta oficial de la AFA en X, cayó como un baldazo de agua fría, aunque fue presentada como una decisión consensuada con el cuerpo técnico. La lógica es clara y hasta prudente: preservar. Preservar el físico de un jugador clave, preservar su futuro y, sobre todas las cosas, preservar la joya más preciada que tiene el fútbol argentina para lo que se viene. Pero esa lógica, impecable en el papel, no hace más que encender un foco rojo. El mismo que se encendió con Franco Mastantuono y que se mantiene encendido con la ausencia de Lionel Messi.

Enzo disputó 78 minutos ante la Vinotinto. Setenta y ocho minutos en los que, como él mismo admitió ante TyC Sports, respondió a "lo que demanda esta camiseta". Sin quejas, sin dejar entrever el dolor que lo acompaña. Sus palabras después del partido fueron un himno al compromiso: "Se disfruta mucho siempre venir acá. Siempre queremos dar lo mejor para nuestra camiseta y para nuestro país". Sin embargo, detrás de ese esfuerzo heroico, la rodilla dijo basta.

Su partida de la concentración y su regreso a la Argentina por unos días antes de volver al Chelsea es un episodio más de una temporada cargada de desgaste para los héroes de Qatar 2022. El cuerpo, en algún momento, pasa factura.

Ahora, la pelota está en el campo de Scaloni. El técnico, que ya había anticipado rotaciones para el inminente partido del martes ante Puerto Rico en el Chase Stadium, se ve forzado a acelerar un plan que, en el fondo, siempre supo necesario: la renovación. Con Messi aún en duda y con Enzo fuera, el equipo que salga a la canza tendrá un sabor experimental.

"Nuevos nombres", prometió Scaloni. Y los hay: Lautaro Rivero, Aníbal Moreno y José Manuel López aguardan su oportunidad. Marcos Senesi, con su sólido debut ante Venezuela, mostró el camino. Es el turno de que la siguiente camada demuestre que puede soportar el peso de la camiseta más pesada del mundo.

La gira por Estados Unidos, más allá de los resultados, se está transformando en un laboratorio forzoso. Cada baja no deseada es un examen de fuego para un recambio que necesita ganar ritmo y confianza. La ausencia de Enzo Fernández duele, pero es el precio de una gloria que se construyó con el esfuerzo hasta el límite. El desafío ahora es que ese límite no se convierta en la línea que separe a esta generación dorada de su propio futuro