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						Integrantes del polémico Hells Angels Motorcycle Club (HAMC) se encuentran en la ciudad de La Plata y han generado revuelo y preocupación entre los vecinos y las fuerzas de seguridad. Con sus distintivas camperas de cuero, tatuajes y barbas largas, los motoqueros han sido vistos paseando por el centro de la ciudad, mientras se advierte sobre una inminente y masiva llegada de más miembros.
Los primeros contingentes se alojaron en varios hoteles céntricos de La Plata, lo que motivó un rápido despliegue de un operativo de monitoreo y seguimiento por parte de fuerzas de seguridad locales, provinciales y federales. El objetivo es claro: rastrear sus movimientos en la capital bonaerense y prevenir cualquier incidente, dada la naturaleza de la agrupación.
Vínculos con el Crimen Organizado Internacional
La alarma no es infundada.
Informes de agencias policiales internacionales, incluyendo al Departamento de Justicia de Estados Unidos, clasifican a los Hells Angels como una "organización criminal". Sus miembros han sido históricamente vinculados con actividades graves como el tráfico de drogas, tráfico de armas, extorsión y tráfico de influencias a nivel global.
Una búsqueda rápida en antecedentes internacionales confirma la seriedad de estas acusaciones:
Europa
En países como España y Finlandia, se registraron operativos policiales dirigidos a miembros de los Hells Angels por su presunta implicación en el tráfico ilícito de sustancias anabolizantes y dopantes.
Mientras tanto, en Chile, una reciente operación policial culminó con la detención de 16 miembros de la facción local. Se les imputaron delitos que van desde el secuestro y robo con intimidación y violencia hasta la infracción de la ley de control de armas y tráfico de drogas. En los allanamientos se incautaron armas de fuego, municiones, drogas e incluso chaquetillas y placas falsas para simular ser policías.
Históricamente, en EE. UU. se han presentado cargos federales por extorsión (Ley RICO) contra decenas de miembros y asociados de la banda, demostrando la complejidad y alcance de su estructura delictiva.
El núcleo de la preocupación se intensifica ante la expectativa de una llegada masiva de miembros, que fuentes estiman en más de 2.500 hombres —cifras que otras crónicas elevan a cerca de 3.000—, quienes participarían de un encuentro anual.
Este masivo desembarco de una organización que arrastra un historial de vinculaciones criminales pone en entredicho las recientes declaraciones del Gobierno Nacional y de la propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respecto al estricto control de las fronteras argentinas. El ingreso de miles de individuos, muchos de ellos asociados a una agrupación clasificada como organización criminal internacional, sugiere una vulnerabilidad en los mecanismos de ingreso y control migratorio, marcando lo contrario a las promesas de un "país seguro" y fronteras inexpugnables.
Mientras los motociclistas se mueven por la ciudad, las fuerzas de seguridad mantienen un hermetismo tenso, tratando de evitar incidentes, pero la presencia de los "Ángeles del Infierno" en suelo bonaerense ya ha encendido todas las alarmas políticas y de seguridad.