Julio De Vido se presentó a primera hora del jueves  en Comodoro Py tras la ratificación de su condena por administración fraudulenta en la tragedia de Once. Quedó detenido  mientras intenta acceder a la prisión domiciliaria por su estado de salud.

El exministro de Planificación Federal Julio De Vido llegó ayer a las 8 a los tribunales de Comodoro Py, donde se entregó para cumplir la condena de cuatro años de prisión que quedó firme tras el fallo de la Corte Suprema por la tragedia ferroviaria de Once. Acompañado de su abogado, Maximiliano Rusconi, ingresó sin dar declaraciones y quedó inmediatamente a disposición del Tribunal Oral Federal N° 4.

La detención comenzó a hacerse efectiva luego de que la Corte rechazara los últimos recursos del exfuncionario, quien fue hallado culpable del delito de administración fraudulenta por no controlar el uso de los fondos públicos destinados a Trenes de Buenos Aires (TBA). El procedimiento incluyó un operativo de la Policía Federal y su acceso al subsuelo del edificio, lejos de las cámaras de televisión que aguardaban desde la madrugada.

Mientras se concretaba su presentación, De Vido se conectó a la audiencia del juicio por la causa Cuadernos, donde también está acusado junto a otras 86 personas. Una vez finalizada la instancia virtual, fue  trasladado  pasadas las 17 horas, al Hospital Penitenciario Central de Ezeiza para los controles médicos previos al ingreso definitivo al penal.

La defensa presentó dos estrategias para evitar el encierro: primero, pidió suspender la orden de detención alegando un recurso extraordinario, que fue rechazado por el tribunal. En paralelo, reclamó prisión domiciliaria argumentando la edad del exministro —75 años— y diversas afecciones de salud, aunque los jueces aún no certificaron esas condiciones. Los estudios médicos serán analizados en las próximas horas.

La condena por la tragedia de Once es la primera que adquiere firmeza en la Corte, aunque el exfuncionario arrastra un extenso historial judicial: estuvo detenido entre 2017 y 2019 por el caso Río Turbio, fue condenado por la compra de trenes chatarra y enfrenta procesos abiertos como Cuadernos y Skanska. El TOF N° 4 definirá ahora si permanecerá en el penal de Ezeiza o si accederá al beneficio de la prisión domiciliaria.