El telón del torneo regular se cierra con una vorágine de posibilidades que convierte cada minuto en pura adrenalina. No hay respiro. En la Zona A, la batalla por los últimos boletos a los playoffs es una maraña de nueve escuadras separadas por un hilo de tres puntos. La tabla de posiciones es un rompecabezas que solo se resolverá con el pitazo final. Mientras tanto, en la Zona B, Rosario Central ya saborea el primer puesto, pero detrás, seis equipos con opciones matemáticas libran su propia guerra por un lugar en la grilla.
Pero la verdadera tragedia y el alivio más profundo se vivirán lejos de la pelea por los octavos. La lucha por no caer a la categoría inferior tiene este domingo dos epicentros ineludibles. En Mar del Plata, Aldosivi, con 30 puntos, recibe a un San Martín de San Juan acorralado en el pozo de los promedios con 28. Es un duelo a vida o muerte. Sin embargo, todos los ojos mirarán también hacia Mendoza, donde Godoy Cruz, último en la Tabla Anual, se juega su última carta como local frente a Deportivo Riestra. Un triunfo del "Tomba" podría desatar un terremoto y complicar a varios.
En medio de este huracán, la clasificación a las copas internacionales 2026 ya tiene varios nombres tallados. Rosario Central, Boca Juniors, Platense e Independiente Rivadavia aseguraron su pasaje a la Libertadores. Pero la Sudamericana y el resto de los cupos dependen de estos resultados finales y de una variable continental: si Lanús levanta la Copa Sudamericana ante Atlético Mineiro el 22 de noviembre, liberará una llave en la Tabla Anual, abriendo una puerta inesperada para otro equipo.
El escenario está servido. Este fin de semana, el fútbol argentino ofrecerá un espectáculo integral: la euforia de la clasificación, la agonía del descenso y la ansiedad por un pasaporte internacional. Todo, absolutamente todo, está en juego