La última provocación llega desde España, de la voz del conocido estadígrafo "Mister Chip". En un segmento de su programa, no escatimó en calificativos despectivos hacia la figura de Martínez. "Humazo, humazo histórico", sentenció con sorna, intentando reducir a escombros una carrera construida a base de réplicas contundentes donde más importa: dentro del área.
Para el español, los méritos del Dibu se limitan a las tandas de penales con Argentina, menospreciando su labor día a día en la Premier League. Llegó al extremo del sarcasmo fingiendo ignorar que Martínez sigue en el Aston Villa, basándose en un rumor de transferencia no concretado: "¿En serio está en el Aston Villa todavía? Me estás vacilando. El Dibu se despidió de todo el mundo... pensé que era el portero suplente del Bayern".
La realidad, tozuda y con números, desmiente el "humo" con datos de hierro. Emiliano Martínez no es un simple especialista en penaltis. Es el guardameta que lideró al Aston Villa en su regreso a la Champions League después de 41 años de ausencia. Es el mismo que la temporada pasada fue pieza fundamental para que el equipo de Birmingham alcanzara los cuartos de final en su retorno a la máxima competencia europea. En Inglaterra, ha firmado 62 vallas invictas en 205 partidos, siendo uno de los arqueros más destacados de la liga más exigente del mundo.
La polémica, en el fondo, parece ser el tributo que debe pagar un ídolo que no pasa desapercibido. Su estilo confrontativo y ganador genera, inevitablemente, amores viscerales y críticas ácidas. Pero mientras el ruido intenta ganar espacio, el Dibu sigue ahí, entre los tres palos, construyendo una leyenda que ya trasciende las estadísticas y se graba a fuego en la memoria colectiva con cada mano quieta que frena un balón, con cada grito que silencia a un escéptico. La historia, la de verdad, la escriben ellos. El resto es, simplemente, eso: ruido