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Al confirmarse la imputación de la
que era objeto Brenda Agüero, se está frente a un hecho aberrante que no
registra en nuestro país crímenes tan aberrantes
La enfermera Brenda Agüero fue
considerada culpable de cinco homicidios y ocho en grado de tentativa.
La ahora condenada había atendido a
los recién nacidos, en el Hospital Neonatal de Córdoba.
La condena llegó de la mano de un
jurado popular de ocho ciudadanos comunes y dos magistrados.
Agüero no fue la única imputada que
había llegado al debate oral. Con ella, funcionarios de salud de la provincia
que fueron absueltos.
El veredicto fue por mayoría tras un
debate que se extendió por más de 10 horas y los fundamentos se conocerán en el
mes de agosto próximo, tras el receso de invierno en el Poder Judicial
cordobés.
LOS OTROS ACUSADOS
Fue larga la nómina de acusados que
llegó al debate oral que se extendió por seis meses.
Fueron Diego
Cardozo, ex ministro de Salud; Liliana Asís, ex directora del Hospital Materno Neonatal; Claudia Ringelheim, ex vicedirectora y
jefa de Tocoginecología; Julio
Escudero Salama, ex subdirector de Gestión Administrativa; Pablo Carvajal, ex secretario de
Salud; Alejandro Gauto, ex
jefe del Área Legales del Ministerio; Alicia Beatriz Ariza, ex jefa de Enfermería; Marta Gómez Flores, ex
jefa de Neonatología; María
Alejandra Luján, médica que firmó actas de defunción y habría tenido
conocimiento de las muertes y no denunció; y Adriana Luisa Moralez, médica neonatóloga y coordinadora del
Comité de Seguridad del Paciente.
LOS HECHOS
Se pudo demostrar durante el debate
oral, que los hechos se desarrollaron entre el 18 de marzo y 7 de junio de
2022, pero la denuncia llegó a la justicia 30 días después del comienzo, y
gracias al ingeniero Francisco Luperi, pareja de una médica de guardia del
hospital referido, quien puso en conocimiento de la justicia lo que su mujer le
iba relatando.
Las pericias, con el avance de la causa, y sobre todo de las autopsias y estudios de
laboratorio en el caso de los sobrevivientes, dieron que había elevado nivel de
potasio en sangre, en los bebés, e incompatibles con la vida y siendo imposible
que un organismo fabrique ese exceso por sí mismo.
El fin perseguido por Agüero, según lo ventilado en el
juicio, reviste una gravedad extrema. Sostuvieron que la enfermera había
agredido a los bebés con el macabro objetivo de ser la primera en advertir los
síntomas, decirlo a sus superiores, destacarse y conseguir un ascenso en el
área de Obstetricia y Neonatología del Hospital.