La emotividad de la noche en la Bombonera, la fiesta por el primer puesto asegurado y la carga física de un año agotador tuvieron más peso. Lionel Scaloni lo confirmó con la crudeza y la transparencia que lo caracterizan: Lionel Messi no estará esta noche ante Ecuador. “No va a viajar, ha terminado cansado. Merecido tiene pasar unos días con su familia”, sentenció el técnico, dejando en claro que la prioridad absoluta es el bienestar de su capitán.

Con la clasificación a Mundial 2026 sellada y el liderazgo del grupo en la bolsa, el cuerpo técnico tomó una decisión pragmática y necesaria. El futbolista del Inter Miami acumula una seguidilla de compromisos a nivel de clubes y selección, y el partido en la altura de Quito se presenta como el riesgo innecesario que Scaloni no está dispuesto a correr.

Este escenario abre una oportunidad histórica para un joven talento. Con la icónica camiseta número 10 vacante, Scaloni tiene en mente una de sus apuestas más firmes: Thiago Almada. El mediocampista, que en los últimos partidos se consolidó como titular indiscutido y cuyo pase acaba de ser adquirido por el Atlético de Madrid, tendría su bautismo con el dorsal más pesado del fútbol argentino. Hasta ahora, en sus 11 presencias con la Albiceleste, Almada había lucido el número 16.

Su designación no es un mero capricho. Almada se convertirá en el cuarto futbolista en portar el 10 bajo el ciclo de Scaloni, un número que ha sido casi un sinónimo de Messi. Solo Ángel Correa (en cuatro partidos) y Paulo Dybala (en dos) habían tenido ese honor en contadas ocasiones, siempre durante las 18 ausencias que Messi tuvo en los 88 partidos que lleva el DT.

La estadística demuestra el peso del momento: la 10 solo se ha usado sin Messi en duelos ante selecciones como Guatemala, Irak o Indonesia, y en pocos compromisos oficiales de alto calibre. Que Almada la reciba en un partido de Eliminatorias, aunque sin puntos en juego, es un guiño claro de Scaloni hacia el futuro y un reconocimiento al presente de un jugador que ya es pieza clave en su proyecto. La herencia, por una noche, tiene nombre y apellido