La escena final era de pura efervescencia. El reloj marcaba tiempo cumplido, el empate parecía un resultado lógico tras una batalla feroz, pero el fútbol tenía reservado un último acto de drama. En un mano a mano desesperado dentro del área, tras un rebote incierto, apareció Emiliano Buendía. El mediocampista argentino, que había ingresado minutos antes, conectó de volea para desatar el estallido de Villa Park. El 2-1 final no fue solo un triunfo; fue una declaración de intenciones.

Detrás de ese momento culminante hubo un nombre que escribió su leyenda a lo largo de los 90 minutos: Emiliano Martínez. El arquero mundialista, de regreso tras una lesión, fue una fortaleza inexpugnable. Desde los primeros compases, sus reflejos anularon al poderoso ataque gunner. A los 9 minutos, una desviación magistral ante un zurdazo de Martin Odegaard. Poco después, una estirada felina para negarle un gol a Bukayo Saka. En el cierre de la primera etapa, dos intervenciones seguras ante Ben White y Declan Rice. Fue el pilar sobre el que se construyó la resistencia.

El Arsenal, líder invicto, chocó una y otra vez contra esa pared. Había encontrado el empate al inicio del complemento gracias a un hombre clave: Leandro Trossard. El belga, también ingresado en el segundo tiempo, aprovechó un rebote tras una salida del Dibu para empujar el balón y nivelar el marcador (1-1). El gol encendió a los visitantes, que buscaron con ahínco la vuelta. Odegaard volvió a probar su suerte, pero otra vez Martínez, con una espectacular intervención a mano cambiada, mandó el esférico al córner.

La victoria local no se explica sin la inteligencia táctica de Unai Emery frente a su ex equipo. Los Villanos soportaron, se replegaron con orden y esperaron su chance. La primera llegó en la primera parte: un centro al segundo palo encontró a Matty Cash, quien de volea venció a David Raya para inaugurar el score. La segunda, y definitiva, tuvo la firma de Buendía.

El triunfo redefine la lucha en la cima. El Arsenal se queda con 33 puntos, pero ahora siente el aliento de un Aston Villa que, con 30 unidades, se consolida como un serio aspirante. El Manchester City (28) observa con atención desde la tercera plaza. La Premier League tiene un nuevo actor principal.

En la voz del héroe, tras el pitazo final, quedó el sentimiento de un equipo que cree. "Confiamos en todo momento en nosotros mismos", declaró Buendía a ESPN. "Nunca nos vinimos abajo. Estas semanas lo estamos demostrando y queremos ir por más". Sobre su gol, el mediocampista fue claro: "Es importante, los minutos que sean, ayudar al equipo. Hoy pude ayudar con el gol y conseguimos los tres puntos". Y no eludió su sueño mayor: "Por supuesto es un sueño desde chico representar a Argentina. Trabajo para eso. Primero hay que hacer las cosas bien acá".

Mientras el Villa mira hacia la Europa League y el Arsenal hacia la Champions, ambos con roles de líderes en sus grupos, lo que quedó resonando en Birmingham fue el mensaje de una noche histórica. Con el Dibu como guardián infalible y Buendía como ejecutor final, el Aston Villa no solo ganó un partido. Le plantó cara al gigante y le recordó a Inglaterra que la pelea por la corona está más viva que nunca