Sergio Romero ya no es jugador de Boca. Su salida, que se vislumbraba desde que perdió la titularidad y su lugar en el plantel, se concretó con la rescisión de su contrato y su inmediata incorporación a Argentinos Juniors. El vacío dejado por la lesión del Ruso Rodríguez en el arco de La Paternal encontró su reemplazo de experiencia y jerarquía. En Brandsen 805, la partida de Chiquito no es un hecho aislado, sino el puntapié inicial de una limpieza profunda que ya tiene a otros jugadores con las valijas armadas.

El adiós del arquero campeón del mundo estuvo teñido de emotividad y un dejo de amargura. “Es un hasta luego, sé que algún día volveré”, fueron sus palabras, cargadas de un afecto que, según él, el quiebre final no fue por la derrota ante River, sino por un cruce con un plateísta. Se va agradecido, pero consciente de que un capítulo se cierra.

La purga ya comenzó: los nombres que siguen los pasos de Chiquito

Con Romero fuera, la escuadra de Claudio Úbeda se recompone con tres arqueros: Marchesín, Brey y García. Sin embargo, la reestructuración del plantel es más amplia y ya tiene un cronograma definido.

El primero en confirmar su salida es Cristian Lema. El defensor, separado del plantel por Russo y sin minutos desde octubre del año pasado, no tendrá renovación. Su ciclo en el club finaliza con la misma discreción con la que transitó sus últimas temporadas, marcadas por lesiones y una evidente pérdida de espacio.

Junto a él, otro histórico pondrá fin a una era. Frank Fabra, a punto de cumplir una década en la Ribera, no continuará. A pesar de los intentos de Russo por reincorporarlo como alternativa, el lateral colombiano de 34 años fue un actor secundario en este 2025. Su partida lo encontrará despidiéndose con un palmarés de, al menos, nueve títulos locales.

El tercer nombre con el pasaje sellado es Ignacio Miramón. La dirigencia no ejercerá la opción de compra por el mediocampista, cuyo paso por el club fue tan discreto que apenas sumó minutos en tres partidos este año. La competencia en el mediocampo lo dejó en un lugar marginal del que nunca pudo salir.

Los casos en la nebulosa y el futuro incierto

Más allá de las salidas confirmadas, hay otros jugadores cuyo futuro pende de un hilo. Javier García, el arquero de 38 años y pieza clave en el vestuario, termina contrato en diciembre. Su continuidad depende de si el club y el cuerpo técnico ven un rol más allá de la cancha para él.

En la lista de los que podrían buscar salida por falta de protagonismo figuran Luis Advíncula y Lucas Blondel. Ambos laterales derechos, con contratos a largo plazo, evaluarán emigrar si no entran en los planes del próximo entrenador. A ellos se suman los casos de Nicolás Figal, Agustín Martegani y Lucas Janson, todos bajo la lupa de un proceso de renovación que ya no tiene vuelta atrás.

El ciclo de un grupo se agota. La partida de Chiquito Romero es sólo la primera y más resonante de una serie de adioses que reconfigurarán por completo la cara de Boca de cara al 2026. La revolución, silenciosa pero implacable, ya comenzó