Cuando el reloj marca las 9:12, el corazón de millones late al mismo compás. No es una hora cualquiera. Es el código numérico que River Plate eligió para recordar, este domingo, el séptimo aniversario de la conquista de la Copa Libertadores en Madrid. Las redes sociales del club publicaron un video con el mensaje “Para toda la vida”, una declaración de principios que confirma que aquel 9 de diciembre de 2018 es un latido perpetuo en la memoria colectiva.
La producción, que en minutos acumuló decenas de miles de visualizaciones, es un viaje emotivo. Allí están las imágenes del camino: el despegue ante Racing, la épica ante Independiente, la hazaña ante Gremio, campeón defensor. Y luego, el clímax. La previa con Marcelo Gallardo –arquitecto supremo de la gesta–, los goles de Lucas Pratto, Juan Fernando Quintero y Gonzalo “Pity” Martínez en el Santiago Bernabéu, y los festejos desbordados en el Monumental. Cada fotograma es un puente directo a una emoción que no caduca.
La final, bautizada como “la eterna” por su contexto único, tuvo un desarrollo novelesco. Tras el empate en La Bombonera, la vuelta se trasladó a Madrid por incidentes de seguridad. En suelo español, River remontó en el suplementario ante Boca Juniors y selló un 3-1 que significó su cuarta Libertadores. Fue la coronación de un ciclo y la definición de una generación. El equipo de Gallardo, con Matías Biscay en el banco por una suspensión, superó con carácter y jerarquía.
Hoy, en el plantel millonario solo quedan dos actores directos de aquella noche: Franco Armani y Gonzalo Montiel. Un ciclo se cierra con la salida confirmada de otros cuatro protagonistas: Milton Casco, Nacho Fernández, Enzo Pérez y el Pity Martínez, a quienes el club no les renovará el contrato. Son los últimos vestigios vivos de una época de oro que tuvo en Madrid su punto más alto.
El video de River, más que un simple recordatorio, es un ritual. Un refuerzo de identidad que le habla a una hinchada para la cual ese triunfo trascendió lo deportivo. Es la prueba de que ciertos momentos no se miden en años, sino en latidos. Y a las 9:12, el corazón de River sigue marcando el mismo tiempo glorioso