El festejo de cumpleaños menos pensado: Julián tiene 6 años y eligió como tématica al colectivo 247
Para su cumpleaños número 6, Julián le hizo un pedido muy particular a su mamá: quería que la temática del festejo estuviera inspirada en la línea 247 de colectivos. Así fue que para la fiesta de su hijo, Florencia armó invitaciones, decoraciones para la torta y revolucionó las redes sociales con su historia.
“Para él es súper natural, está obsesionado, le encantan”, cuenta la mamá. La idea de hacerlo la tenía en mente hace rato, pero este año fue todo a último momento porque Julián tenía que operar unos días antes de la fecha, pero como se enfermó, la intervención se canceló.
Esa particular obsesión nació de la infancia de Julián, cuando por la noche sus padres lo llevaban a la terminal de la línea, donde continuamente entraban y salían colectivos: “Cuando de chico no se podía dormir lo llevábamos a la terminal que queda a tres cuadras de nuestra casa, en Bernal. Íbamos a la entrada, de noche, se ven súper lindos con las luces y él se volvía loco”.
“Los colectiveros se ríen y no lo pueden creer. En una oportunidad, él les había hecho un dibujo y fuimos a llevárselo a la terminal, les preguntamos si podíamos pasar porque quería verlos de cerca y lo dejaron subirse a uno”, cuenta Florencia.
Cuando se enteraron de la temática del festejo, la reacción de la empresa también fue de total sorpresa: “Antes del cumpleaños les escribí por Instagram pero no me respondieron a tiempo. Después de la fiesta subí las fotos y los etiqueté, ahí fue que me escribieron y me pidieron permiso para publicar las imágenes en Facebook y agradecerle. ¡Lo peor es que no viajamos nunca en el 247 porque al jardín vamos en otra línea!”.
Sin embargo, la publicación en el perfil de Facebook de “la doscua” trajo también comentarios negativos sobre el funcionamiento de la línea, la frecuencia y el estado de los coches. Las quejas no tardaron en llegar y perdieron de vista el verdadero fin del posteo.
Ante los comentarios agresivos, Florencia respondió con respeto y se vio obligada aclarar que ningún familiar de Julián trabaja para la empresa de colectivos: “Los tres ramales pasan por casa. Los entiendo porque conozco la línea y sé lo que es, pero él no entiende nada de eso, no lo sabe, lo ve como si fuese unas cinco estrellas espectacular, le encanta. La gente es así, deben odiar cuando no viene, a mí me ha pasado. Pero es la inocencia de un nene”.
Como era de esperar, Julián ya tiene en claro cuál va a ser su futuro, pero su mamá lo alienta a más: “Quiere ser colectivero, pero le dije que mínimo tiene que ser el dueño de la empresa”.