Su deceso se produjo la tarde de ayer luego de haber permanecido internado un breve período de tiempo, en Junín, ciudad a la que llegó trasladado desde Los Toldos.

Mamerto Menapace había nacido un 2 de enero de 1942 en la localidad santafesina de Malabrigo. Ingresó desde niño al monasterio de Los Toldos, fundado en 1948, donde desarrolló prácticamente toda su vida religiosa. 

Ordenado sacerdote en 1966 tras completar sus estudios de teología en Chile y se iba a desempeñar entre 1980 y 1992, como abad del Monasterio Santa María de Los Toldos y más tarde, como abad presidente de la Congregación Benedictina del Cono Sur.

A lo largo de su vida fue referente espiritual, poeta, escritor, autor de relatos de la Biblia en contexto gauchesco.

Más de 40 libros publicados, entre ellos Madera verde, Un Dios rico de tiempo, Cuentos rodados y El Paso y la espera.

Adaptó relatos de los textos sagrados, a la realidad y cultura argentina.

Se sumaron desde 1985, discos entre los que se destacan los más conocidos; De yerbas y otros cuentos, Solidaridad, Cuentos del  Reino y Charla para desanimados.

Entre sus películas, se encuentra Reflexiones-Imágenes-Charlas , A los jóvenes les digo, Los valores, con humor  y Cuento con ustedes.

Junto a Luis Landriscina formaron  una dupla inolvidable  demostrando que era posible a través de la fe y el humor, transmitir mensajes profundos y significativos.

En 1995  recibió el Primer Premio Faja de Honor Padre Leonardo Castellani por su libro El amor es cosa seria. Un año antes, le entregaron el Premio Konex, Diploma al Mérito por su aporte a la literatura juvenil.

Se caracterizó a lo largo de su vida por su estilo cálido y cercano, sencillo, utilizando un lenguaje popular.

La Conferencia Episcopal Argentina a través de un breve mensaje, en el que “agradece el testimonio y la vida del padre Mamerto Menapace OSB, monje benedictino del Monasterio Santa María de los Toldos.

Con su muerte, se despide una figura entrañable y luminosa de la Iglesia católica. Su legado, sin embargo, seguirá vivo en sus palabras y en la memoria de quienes lo leyeron, lo escucharon y lo amaron.