En 1884, Belle Gunness se casó con Mads Albert Sorenson.

Dos años después, compraron una pequeña tienda de dulces. El negocio no prosperó. Un incendio destruyó la tienda y su casa. Cobró el seguro y levantó una nueva vivienda.

Tuvieron cuatro hijos. Dos murieron de colitis aguda, una enfermedad con síntomas idénticos al envenenamiento. Belle cobró las pólizas de seguro de ambos.

En 1900, Albert murió el mismo día en que coincidían dos seguros de vida. Un médico sospechó de veneno; otro firmó que fue un fallo cardíaco. Belle heredó una fortuna.

Con ese dinero compró una granja en Indiana. En abril de 1902 se casó con Peter Gunness. Dos semanas después, la hija de Peter murió mientras estaba sola con Belle. En diciembre, Peter murió aplastado por una máquina de moler salchichas. Se aceptó como accidente. Belle volvió a cobrar.

En 1906, Belle dijo que su hija adoptiva había huido. Meses después, el cuerpo apareció enterrado en la granja.

Pronto comenzó a publicar anuncios buscando “compañero de vida”. Llegaban hombres con grandes sumas de dinero. Ninguno volvió. Belle ingresaba miles en el banco tras sus desapariciones.

En 1908, la tragedia volvió. Un incendio devoró la casa. Dentro hallaron tres niños y el cuerpo decapitado de una mujer. Se creyó que era Belle.

La búsqueda de la cabeza reveló algo más siniestro: huesos, dientes, ocho relojes de hombre y cuerpos envueltos en lona. Excavando en la zona de los cerdos, encontraron más restos. Se identificaron 14 víctimas. Podrían haber sido 40 o más.

El peón de la granja fue condenado por el incendio. Declaró que Belle seguía viva. Que la mujer muerta era otra víctima. Que Belle la mató junto a sus hijos… y huyó antes de que las llamas consumieran la casa.

Nunca fue encontrada.

Fuente: Datos históricos