La burla desde Brasil a La Plata
La noche del triunfo en los penales no terminó en el césped del Uno. Minutos después de que Agustín Rossi contuviera los dos disparos que sellaron la clasificación a semifinales, Flamengo cambió la pelota por el teclado. Desde sus cuentas oficiales en X, el club carioca lanzó una andanada de mensajes diseñados para quemar hasta el último cartucho de la provocación.
La primera salida fue un catálogo de preferencias nacionales convertido en dardo: "Mate helado mejor que mate caliente. Brigadeiro mejor que Alfajor. Samba mejor que el Tango... Zico más grande que Maradona. 1 real es más que 247 pesos argentinos". Una comparación que, más allá del fútbol, tocó fibras sensibles de la identidad cultural y económica.
Pero el verdadero golpe bajo llegó cerca de las 3 de la mañana. Aprovechando el intento de hinchas de Estudiantes por alterar el descanso del plantel con fuegos artificiales la noche previa, la cuenta del Mengão publicó: “¡A despertar, nación! ¡Es hora de celebrar la clasificación!”, acompañado de las imágenes de la pirotecnia. La hora del posteo no fue casual: fue la réplica calculada para convertir el intento de molestia en un motivo de burla.
La cuenta en inglés del club profundizó la herida: “Supongo que La Plata se quedó sin fuegos artificiales”, siguió el mensaje, con un emoji de sueño. La provocación ya era un deporte en sí mismo.
La sentencia final, sin embargo, fue la que cargó con todo el peso simbólico. “Cuando el león cae, el urubu se convierte en rey”. La frase, que enfrenta al apodo de Estudiantes con la mascota de Flamengo, cerró un capítulo de humillación digital que rápidamente se volvió tendencia y reavivó la histórica puja entre el fútbol brasileño y argentino.
Mientras el Pincha vuelve su focus al Torneo Clausura con el sabor amargo de una eliminación agravada por la burla, Flamengo avanza a semis frente a Racing, navegando en una ola de confianza que trasciende las canchas y se instala en el territorio, cada vez más decisivo, de la guerra psicológica