Fin de fiebre: El adiós amargo de Alpine

Sábado, 06 de Diciembre del 2025 - 17:20 hs.

La escena en el garaje de Alpine, minutos después del fallecer de la Q1, tenía el silencio espeso de lo inevitable. No hubo sorpresa, solo la confirmación dolorosa de un final que ya se veía venir. En la última clasificación del año, la 19° plaza de Pierre Gasly y el farol rojo de Franco Colapinto fueron el epílogo perfecto para una temporada de pesadilla. El A525, un monoplaza errático y sin competitividad, cerró su ciclo como empezó: luchando por no ser el último.

Franco Colapinto, el pilarense de 22 años que ilusionó con destellos de coraje en su debut parcial, no pudo esconder la frustración. Sus dos mejores vueltas, eliminadas por exceder los límites en la salida de la curva 1, fueron solo el síntoma de una batalla más profunda: una lucha constante contra un auto sin agarre. “Estuve todo el día peleando con lo mismo. Cambiamos un par de cosas y no tengo el grip que necesito. Es muy difícil”, resumió con crudeza ante ESPN. Su desconcierto fue palpable: “En la FP1 arranqué bien, estaba cerca. Pero después, de la FP1 a la qualy, mejoré menos de un segundo. No entiendo bien por qué no puedo extraer más”.

Detrás de los datos técnicos –la diferencia de 0.422 segundos con Gasly, los neumáticos elegidos en cada salida, los mapas de motor que no respondieron– late una realidad más dura. Alpine termina el año como la sexta fuerza, sí, pero con una brecha abismal con los de adelante y una inestabilidad que minó la confianza de sus pilotos. El propio Colapinto lo admitió en el comunicado oficial del equipo: “Las dificultades de ayer se han trasladado a hoy, por desgracia. Pierre ha hecho un mejor trabajo que yo”.

Mientras, en la pista, la Fórmula 1 vive otra historia. Este domingo, en las 58 vueltas de Yas Marina, se definirá un título mundial entre Norris, Verstappen y Piastri, un drama de máxima tensión y tecnología de punta. Alpine, en cambio, será un espectador de lujo, largando desde el fondo, con la única esperanza de que algún caos adelante les permita arañar un punto. Una misión casi quimérica.

La despedida de 2024, entonces, no es solo la última carrera. Es el cierre de un capítulo que Alpine necesita olvidar. En Viry, la fábrica de motores Renault que despide su etapa en la F1, y en Enstone, habrá un invierno de preguntas urgentes y de profundas revisiones. Colapinto, por su parte, guarda la ropa. “Hay que trabajar ahora para mañana, hacer una buena carrera y ojalá que sea un mejor día”. Lo dice por la carrera, pero también, secretamente, por el año que viene. Porque después de una temporada así, solo puede haber una dirección posible: hacia arriba