La noche del coraje
El aire en La Plata espeso, cargado de historia y de ansiedad. Este jueves, desde las 21.30, el estadio UNO Jorge Luis Hirschi no será solo un escenario de fútbol; será un termómetro del alma de Estudiantes. El equipo de Eduardo Domínguez afronta el partido de su año: necesita vencer al poderoso Flamengo por lo menos por dos goles de diferencia para volver a una semifinal de la Copa Libertadores después de dieciséis largos años. La misión es monumental, pero el Pincha se aferra a la esperanza que le dio aquel gol de descuento en el Maracaná, que dejó la serie abierta y creó la ilusión.
La tarea no podría ser más compleja. Se enfrenta a una versión casi imbatible de Flamengo, que llega a La Plata con un invicto de nueve partidos y la tranquilidad que le da el 2-1 a favor. El equipo brasileño, dirigido por Filipe Luís, es una máquina ofensiva que demostró en el primer tiempo del partido de ida su poderío. Sin embargo, también mostró fisuras en el complemento, un resquicio por donde Domínguez intentará colar la febre pincha.
El estratega local planifica dos cambios clave para potenciar al equipo: la vuelta de Eric Meza por la banda derecha y el ingreso de Gastón Benedetti en el mediocampo, buscando mayor solidez y generación. Del otro lado, Flamengo recupera a la velocidad de Gonzalo Plata, cuya expulsión fue anulada, y confía en la jerarquía de figuras como De Arrascaeta y Pedro para manejar el partido y la serie.
La previa estuvo marcada por la polémica arbitral, con el chileno Piero Maza bajo la lupa. Pero una vez que la pelota ruede, todo se reducirá a un duelo de coraje, inteligencia y fuerza mental. Estudiantes no solo busca dar el golpe; anhela reconectarse con una épica que lo define. Enfrente tiene al último campeón y a un gigante. La noche promete ser larga. En el UNO, un pueblo futbolero espera que la historia vuelva a escribirse con letra pincha