Adiós con ira en el Maracaná: Renato Gaúcho estalló y dejó Fluminense tras la eliminación
La noche del martes en el Maracaná no solo selló la eliminación de Fluminense de la Copa Sudamericana. Fue el escenario de un adiós calculado, cargado de sarcasmo y bronca contenida. Renato Portaluppi, "Renato Gaúcho", no se fue en silencio. Lo hizo con la furia de quien se siente incomprendido, soltando una de las conferencias de prensa más memorables y ácidas de los últimos tiempos.
Minutos después del empate 1-1 que confirmó la eliminación ante Lanús (1-0 en la ida), el entrenador apareció ante los medios y, sin mediar preguntas, soltó su veredicto. Con un tono entre desafiante y resignado, anunció que ya le había presentado su renuncia al presidente. Pero el núcleo de su discurso no fue la despedida, sino un dardo envenenado hacia sus críticos. "Terminé pidiéndole la renuncia al presidente antes de venir acá. A partir de ahora habrá otro entrenador aquí. Le harán las mismas preguntas que me hacen a mí. Y quiero ver las respuestas que él va a dar", deslizó, con una sonrisa irónica.
Su mensaje fue una clara retaliación contra la presión externa. "Salgo para descansar mi cabeza. Y dejar que algunos ‘genios’ de internet sigan hablando de fútbol, ya que entienden muchísimo", ironizó, descargando su frustración contra las voces que cuestionaban su trabajo. Defendió su gestión señalando que el equipo "está muy bien en el Campeonato Brasileño y también muy bien en la Copa do Brasil", argumentando que si no fuera así, no estaría abandonando el cargo.
El comunicado oficial del club llegó casi de inmediato, confirmando la partida no solo de Renato, sino también de su cuerpo técnico, dejando a Marcão como interino. La salida pone fin a un ciclo que tuvo su punto más alto en el Mundial de Clubes, donde Fluminense fue el mejor equipo no europeo, pero que encontró su punto de quiebre en la Sudamericana, una competencia que el club anhelaba.
El presente, sin embargo, dista de ser catastrófico. Fluminense ocupa la octava posición en el Brasileirao, con opciones de clasificación internacional, y lo más importante: está en semifinales de la Copa de Brasil, donde se medirá con Vasco da Gama. Renato Gaúcho se va dejando una puerta abierta al éxito doméstico, pero eligió no ser el conductor. Su partida, tan tumultuosa como su estilo, deja un banco vacío y un debate abierto: ¿quién querrá sentarse en él, con la sombra de los "genios de internet" y un plantel con doble chance de gloria?